Global: La salida de SHEIN a la Bolsa de Londres sentaría un precedente preocupante en materia de derechos humanos

Ante la posible salida a bolsa de la empresa de ropa de moda ultrarrápida SHEIN en la Bolsa de Londres, Dominique Muller, investigadora de Amnistía Internacional especializada en la industria de la confección, ha declarado:

“Es muy preocupante que una empresa con unas normas laborales y de derechos humanos cuestionables, y un modelo de negocio de moda rápida insostenible pueda cosechar cientos de millones de libras a través de la venta de acciones y de su cotización en la Bolsa de Londres”.

“Adonde vaya SHEIN, otros tratarán de seguirla. Las autoridades de Reino Unido y la Bolsa de Londres no deben facilitar la cotización de SHEIN hasta que se acuerden y apliquen unas salvaguardias transparentes y vinculantes con respecto a las normas de derechos humanos internacionalmente aceptadas que abarquen toda su cadena de suministro, y se reparen totalmente los abusos identificados”.

Recompensar los métodos actuales de SHEIN a través de una salida a bolsa sería una vergüenza para la Bolsa de Londres.

Dominique Muller, investigadora de Amnistía Internacional

“Recompensar los métodos actuales de SHEIN a través de una salida a bolsa sería una vergüenza para la Bolsa de Londres, para los bancos que ayuden a llevarla al mercado y para cualquier inversionista que se beneficie de ello. Sería un ejemplo terrible de un proceso que beneficia a quienes tienen dinero exprimiendo a quienes no lo tienen. Valida la idea de que es aceptable considerar a los trabajadores y las trabajadoras, y sus derechos, los productos de la empresa y el medio ambiente como algo prescindible, lo que nos abarata a todos los seres humanos”.

“Es esencial que el nuevo gobierno de Reino Unido no permita una carrera a la baja en cuanto a normas empresariales y de derechos humanos. Debería exigir a las empresas que eviten causar daños ambientales graves y abusos contra los derechos humanos a lo largo de todas sus operaciones y cadenas de suministro. Y debería permitir que los trabajadores y las trabajadoras cuyos derechos sean violados por las actividades de la empresa en cualquier parte del mundo recurran a la justicia a través de los tribunales de Reino Unido”.

“El modelo de SHEIN implica subcontratar la fabricación de prendas de vestir a una cadena de productores más pequeños en China —con poca transparencia y rendición de cuentas por el salario o las condiciones que soportan trabajadores y trabajadoras—, donde no existe el derecho legal de reunión o de sindicalización. Con demasiada frecuencia, las personas que confeccionan prendas para empresas de moda ultrarrápida son tratadas como un coste que hay que reducir al mínimo para que las prendas que producen puedan venderse a precios muy bajos”.

“SHEIN dice que utiliza auditores independientes para evaluar los salarios y las condiciones de sus subcontratistas, pero no publica ningún detalle de sus proveedores y no puede explicar cómo corrige los abusos sufridos por los trabajadores y las trabajadoras cuando se descubre que se han cometido. No hay divulgación pública ni transparencia en torno al abastecimiento y la trazabilidad de las materias primas utilizadas por los contratistas en la cadena de suministro de SHEIN”.

“Muchas de las prendas de SHEIN están hechas de fibras sintéticas derivadas de combustibles fósiles, lo que es perjudicial para el medio ambiente e insostenible. Gran parte de esta moda rápida termina enseguida en vertederos, lo que a menudo contamina a las comunidades del Sur global.”

Información complementaria

Según informes, SHEIN, fundada en China pero con sede actualmente en Singapur, ha presentado documentos en la Bolsa de Londres como preludio de la venta de acciones a inversionistas públicos. La empresa ha recibido acusaciones de que los trabajadores y las trabajadoras de su cadena de suministro han recibido menos de cuatro céntimos de dólar por prenda producida, así como de que usa algodón cosechado mediante trabajo forzoso. Recientemente, personal directivo de SHEIN se ha reunido con representantes de Amnistía Internacional y después ha respondido por escrito a una serie de cuestiones relacionadas con los derechos humanos, entre ellas, sobre ciertos detalles de sus planes de auditoría de proveedores y reciclaje de prendas de vestir, y de su Programa de Empoderamiento de la Comunidad de Proveedores.