En respuesta a la adopción final, por parte del Parlamento de Georgia, del restrictivo proyecto de ley sobre “influencia extranjera”, Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha declarado:“Hoy, el partido gobernante de Georgia ha impuesto esta nociva ley, que pisotea los derechos humanos de todas las personas del país”.“Este dañino proyecto de ley es contrario a las obligaciones internacionales contraídas por Georgia respecto al derecho a la libertad de expresión y de asociación, y golpea de lleno a la capacidad de la sociedad civil para actuar de manera libre y efectiva. La sociedad civil independiente de Georgia no sólo contribuye a la protección de los derechos humanos y la prestación de servicios esenciales, sino que también proporciona importantes controles y contrapesos a las crecientes restricciones impuestas a los derechos humanos y el espacio cívico en el país.”