Supervivientes y testigos de una serie de ataques por motivos étnicos lanzados este mes por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y las milicias árabes aliadas en Ardamata, Darfur Occidental, que causaron la muerte y heridas a centenares de civiles, han descrito las aterradoras escenas a Amnistía Internacional.
Los ataques comenzaron hacia el 1 de noviembre cuando las RSF empezaron a atacar la base militar de las Fuerzas Armadas de Sudán en la localidad de Ardamata, y luego se intensificaron cuando las Fuerzas de Apoyo Rápido tomaron el campo el 4 de noviembre. Los ataques se dirigieron contra hombres, mujeres, niños y niñas pertenecientes sobre todo a la comunidad masalit, y contra algunos miembros de otras tribus no árabes. Según la descripción de testigos, se ejecutó a civiles en sus casas, en la calle y cuando intentaban huir.
La población civil de Darfur Occidental está sufriendo a diario un horror inimaginable, y pagando una vez más el precio de esta reciente escalada de violencia extrema.
Tigere Chagutah, director regional de Amnistía Internacional para África Oriental y Austral
“La población civil de Darfur Occidental está sufriendo a diario un horror inimaginable, y pagando una vez más el precio de esta reciente escalada de violencia extrema. La población civil se encuentra atrapada en unos círculos interminables de dolor mientras continúan los ataques contra personas de etnias concretas y se alza el espectro de la campaña de tierra arrasada y crímenes de guerra de décadas anteriores”, ha manifestado Tigere Chagutah, director regional de Amnistía Internacional para África Oriental y Austral.
Un médico que apoyaba a las víctimas de Ardamata declaró:
“El 6 de noviembre, mis colegas y yo contamos un total de 95 cadáveres en Ardamata: hombres, mujeres, niños y niñas. Entre ellos había un bebé de 18 días cuyo cuerpo sin vida encontramos junto a los de su madre y otras cuatro mujeres dentro de una casa residencial. Las angustiosas escenas que presencié en Ardamata de soldados de las Fuerzas de Apoyo Rápido ejecutando a jóvenes siguen atormentándome a diario. Lo más escalofriante que vi fue a los soldados de las Fuerzas de Apoyo Rápido ejecutando delante de mí a cuatro hombres cuyos cadáveres vi segundos después.”
El 6 de noviembre, mis colegas y yo contamos un total de 95 cadáveres en Ardamata: Hombres, mujeres, niños y niñas.
Médico que trabaja para en Ardamata, Darfur
Ardamata alberga un campo de personas internamente desplazadas que ahora se han visto obligadas a huir una vez más tras estos últimos ataques.
Diez personas entrevistadas, dos de ellas testigos presenciales, contaron a Amnistía Internacional que las Fuerzas de Apoyo Rápido y sus milicias árabes aliadas también saquearon y quemaron bienes civiles en Ardamata. Una joven de 25 años, familiar de víctimas, dijo:
“El 4 de noviembre, unos soldados armados de las RSF mataron a mi tía de 70 años y a su hijo de 25 en su casa de Ardamata. Ese mismo día mataron también a familias enteras de su barrio.”
El 4 de noviembre, unos soldados armados de las RSF mataron a mi tía de 70 años y a su hijo de 25 en su casa de Ardamata. Ese mismo día mataron también a familias enteras de su barrio.
Sobreviviente de Ardamata, de 25 años de edad
Las Naciones Unidas han denunciado que se sometió a mujeres y niñas a violencia sexual tanto en el campo de personas desplazadas de Ardamata como en sus propias casas.
“La persistente ausencia de rendición de cuentas por los crímenes del pasado es una de las causas principales de esta reanudación de la violencia. Hay que romper estos círculos de horror, y los responsables de crímenes contra civiles deben rendir cuentas de sus actos. Debe permitirse que los agentes humanitarios hagan llegar ayuda humanitaria sin obstáculos a Darfur Occidental. Además, todos los países deben respetar plenamente el embargo de armas impuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU a Darfur y abstenerse de enviar armas y municiones a agentes armados de Darfur”, ha manifestado Tigere Chagutah.
La persistente ausencia de rendición de cuentas por los crímenes del pasado es una de las causas principales de esta reanudación de la violencia. Hay que romper estos círculos de horror, y los responsables de crímenes contra civiles deben rendir cuentas de sus actos.
Tigere Chagutah
Información complementaria
En abril de 2023 tuvo lugar una escalada de violencia tras semanas de tensiones entre las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido por la reforma de las fuerzas de seguridad durante las negociaciones para un nuevo gobierno de transición.
La gente que huye a Chad ha denunciado una nueva oleada de homicidios por motivos étnicos en Darfur Occidental a causa de los ataques lanzados por las Fuerzas de Apoyo Rápido contra personas internamente desplazadas de origen étnico predominantemente masalit en la localidad de Ardamata. Entre el 7 y el 20 de noviembre, Amnistía Internacional entrevistó a diez personas, entre ellas dos testigos de Ardamata y tres familiares de víctimas, y examinó numerosos vídeos, fotografías e informes de la ONU y de medios de comunicación.
En un informe publicado en agosto “Death Came To Our Home”: War Crimes and Civilian Suffering In Sudan, Amnistía Internacional documentó numerosos crímenes de guerra cometidos por las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido en el conflicto. Muchas personas de etnia masalit que habían huido a Chad desde Darfur Occidental contaron a Amnistía Internacional que sus localidades habían sido atacadas por las Fuerzas de Apoyo Rápido y milicias árabes fuertemente armadas en actos de violencia por motivos étnicos.