Ante el homicidio ilegítimo desde anoche de al menos ocho personas a manos de las fuerzas de seguridad iraníes, que volvieron a abrir fuego contra dolientes y manifestantes en al menos cuatro provincias, y aprovechando los llamamientos internacionales cada vez más numerosos en favor de un mecanismo de la ONU sobre Irán, Heba Morayef, directora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, ha declarado:
“El uso temerario e ilegítimo de armas de fuego por las autoridades contra quienes protestan, que incluye el uso de munición real, revela una vez más el elevado y trágico coste de la inacción internacional. Todos los Estados miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU deben tomar medidas enérgicas ya y convocar inmediatamente una sesión especial sobre Irán para que impedir que sigan perdiéndose vidas. No actuar con firmeza sólo servirá para que las autoridades iraníes se envalentonen y continúen reprimiendo a dolientes y manifestantes, que previsiblemente se congregarán en los próximos días, cuando se cumplan 40 días desde las primeras muertes de manifestantes tras la represión letal que comenzó a mediados de septiembre”.
“El Consejo de Derechos Humanos de la ONU debe dejar claro a las autoridades iraníes que sus crímenes de derecho internacional no van a quedar sin investigar —ni castigar— mediante el establecimiento de un mecanismo independiente de información y rendición de cuentas sobre Irán. El hecho de que siga sin crearse este mecanismo a pesar de los homicidios ilegítimos generalizados de manifestantes desde las protestas en todo el país de diciembre de 2017-enero de 2018 indica, aparentemente, hasta qué punto se han normalizado estas brutales tragedias en Irán. Ya es hora de que la comunidad internacional oiga el clamor de justicia de las familias de las víctimas y de quienes defienden los derechos humanos.”
Información complementaria
Los días 26 y 27 de octubre de 2022, las fuerzas de seguridad de Irán intensificaron su uso de fuerza ilegítima —disparando armas de fuego con munición real, perdigones y gas lacrimógeno— contra dolientes y manifestantes que se habían congregado en las provincias de Kurdistán, Azerbaiyán Occidental, Kermanshah y Lorestán.
El 26 de octubre, miles de personas se reunieron en Saqqez, provincia de Kurdistán, para conmemorar el 40º día tras la muerte bajo custodia de Mahsa (Zhina) Amini el 16 de septiembre. Las fuerzas de seguridad dispararon perdigones y lanzaron gas lacrimógeno para dispersar la multitud y causaron lesiones a varias personas.
Las fuerzas de seguridad iraníes también hicieron uso ilegítimo de armas de fuego contra quienes se manifestaban hoy en Mahabad, en la provincia de Azerbaiyán Occidental, donde miles de personas se reunieron para protestar por el homicidio de Esmail Moloudi, manifestante a quien las fuerzas de seguridad mataron a tiros en la ciudad el 27 de octubre de 2022, y causaron la muerte de una mujer, Kobra Sheikheh, y dos hombres, Zaniar Aboubekri y Shahou Khezri.
La noche del 26 de octubre de 2022, las fuerzas de seguridad mataron a Mohammad Shariati y a Afshin Asham en Sanandaj, provincia de Kurdistán, y en Ghasreshirin, provincia de Kermanshah, respectivamente, durante las protestas.
Al menos otros dos manifestantes murieron hoy en Baneh, provincia de Kurdistán, cuyos nombres Amnistía Internacional está tratando de verificar.
Ayer, un grupo de expertos y expertas de la ONU, entre quienes figuraba el relator especial sobre la situación de los derechos humanos en Irán, pidió al Consejo de Derechos Humanos que tomara medidas con carácter urgente, entre otras, estableciendo un mecanismo internacional sobre Irán durante una sesión especial. La ministra alemana de Asuntos Exteriores también manifestó su apoyo a un mecanismo independiente de la ONU sobre Irán.