(Columna de opinión publicada originalmente en El Nuevo Día)
El martes se empezó a hacer justicia a Goerge Floyd, hombre negro a quien la Policía mató en Mineápolis en el 2020. Un jurado encontró culpable de asesinato al ex policía Dereck Chauvin en un resultado que es la excepción en un país con evidente fallas sistemáticas en la Policía.
El cruel asesinato de George Floyd, cuyo últimos minutos de vida quedaron registrados en video, es reflejo de un patrón más general de uso excesivo de la fuerza policial contra minorías étnicas y raciales en Estados Unidos. Siendo las comunidades negras y racializadas las más afectadas por actos de racismo policial que ilustran el grado de violencia y discriminación en el país.
Dereck Chauvin mostró un desprecio por la vida y derechos humanos de George Floyd. Ninguna persona debe sentir miedo a perder la vida durante un encuentro con las autoridades policiacas. Todas las personas tenemos derecho a no sufrir discriminación cuando interactuámos con la Policía.
A pesar del veredicto del Jurado, este no es suficiente para detener la discriminación y racismo en el sistema policial estadounidense. Lo justo sería que George Floyd al igual que muchas otras víctimas mortales de violencia policial pudieran seguir con vida. Es preocupante cómo continúan las denuncias de prácticas policiales racistas utilizadas desproporcionadamente contra personas negras en Estados Unidos.
Amnistía Internacional hizo una campaña mundial para exigir justicia para George Floyd y pidió reformas significativas para poner fin a la violencia policial y urgió al gobierno estadounidense a respetar, proteger y hacer efectivos los derechos humanos de las personas negras.
Al igual que la organización ha documentado el uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía para responder a las protestas por el homicidio de George Floyd. Como parte de una investigación de Amnistía Internacional se analizaron violaciones generalizadas cometidas por la policía en todo Estados Unidos en respuestas a las manifestaciones contra el racismo sistemático y la violencia policial durante el año pasado.
Para nuestro movimiento es necesario que el gobierno reconozca las raíces racistas de la aplicación de la Ley en los Estados Unidos si queremos abordar fallas sistemáticas de la policía y lograr una seguridad pública verdadera para aquellas poblaciones que han sido objeto de discrimen por tanto tiempo. Entre las medidas que sugiere Amnistía Internacional se encuentran reducir el tamaño y el alcance de la aplicación de la Ley en la vida diaria, desmilitarizar la aplicación de la ley y promulgar límites estrictos al uso de la fuerza por completo. Al igual que pide al gobierno sea más enérgico en transmitir un mensaje contundente de que el uso de la fuerza innecesaria, ilegítima y excesiva por parte de la Policía es inaceptable.
La justicia para George Floyd no estará completa hasta que el Gobierno de los Estados Unidos se comprometa de manera significativa a impedir que se repitan este tipo de delitos. Los departamentos de la Policía que tengan patrones o prácticas de violación de los derechos humanos deben ser investigados con la intención de realizar reformas sistemáticas. Ya no podemos seguir tolerar prácticas policiales racistas y falta de rendición de cuentas. Todo agente que utilice la fuerza excesiva debe ser llevado ante la justicia.
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