Uganda: La comunidad internacional debe evitar una crisis creciente al alcanzar 1 millón el número de personas sursudanesas refugiadas

La comunidad internacional debe cumplir y mejorar los compromisos económicos existentes para ayudar a Uganda a apoyar a las personas refugiadas a las que acoge, después de que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) haya anunciado que en el país hay ya 1 millón de personas de Sudán del Sur. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy.
Empujadas por la violencia constante en Sudán del Sur, las personas refugiadas han estado entrando en Uganda a millares, especialmente desde que, a partir de julio de 2016, el conflicto se propagó a zonas anteriormente pacíficas. Amnistía Internacional ha documentado indicios de homicidios ilegítimos, violencia sexual, detención, tortura, destrucción intencionada de bienes públicos y privados, el uso de la comida como arma de guerra y otras graves violaciones de derechos humanos en Sudán del Sur; todo ello ha impulsado el desplazamiento forzado a la vecina Uganda.
“Este desafortunado hito de 1 millón de personas debe servir como señal de alarma para que la comunidad internacional comprenda que se necesita de ella mucha más ayuda. Al no atisbarse la resolución del conflicto en Sudán del Sur, las personas refugiadas seguirán huyendo a Uganda y la crisis humanitaria no hará más que aumentar”, ha manifestado Sarah Jackson, directora adjunta de Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno de África y los Grandes Lagos.
“Aunque el gobierno ugandés, la ONU y las ONG han hecho un trabajo encomiable, ahora luchan por satisfacer siquiera las necesidades más básicas de las personas sursudanesas refugiadas (la comida, el agua y la vivienda), no digamos ya otras necesidades como el apoyo psicosocial para unas personas profundamente traumatizadas.”
En una cumbre de solidaridad celebrada en Kampala en junio, con el gobierno de Uganda y la ONU como anfitriones, los donantes, incluidos la UE, Reino Unido y Canadá, se comprometieron a proporcionar a Uganda un mayor apoyo para responder a las necesidades tanto inmediatas como a más largo plazo de las personas refugiadas. La cumbre recaudó 358,2 millones de los 2.000 millones de dólares estadounidenses solicitados, entre ellos 960 millones para necesidades humanitarias, pero se necesita mucho más.
“Es hora de que otros países asuman su parte de responsabilidad y hagan más por aliviar la insostenible presión que soporta Uganda. Al no hacerlo, socavan la progresista política ugandesa respecto a las personas refugiadas y podrían dar lugar a una crisis humanitaria aún más grave que la que estamos presenciando”, ha manifestado Sarah Jackson.
“Y, en última instancia, para erradicar el flujo de personas refugiadas que huyen al país, los actores tanto internacionales como regionales deben tomar asimismo medidas para erradicar las violaciones de derechos humanos contra la población civil de Sudán del Sur.”