En respuesta a la publicación por parte de WikiLeaks de miles de documentos sobre las herramientas de ciberespionaje de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense, Sherif Elsayed-Ali, director de Tecnología y Derechos Humanos de Amnistía Internacional, ha manifestado: “Habida cuenta de todo lo que sabemos ya, esta nueva revelación pone de manifiesto una vez más la dificultad inherente de mantener segura la información en la era digital. El hecho de que una de las agencias de inteligencia más poderosas del mundo sea lo suficientemente vulnerable como para perder el control de sus secretos operativos pone en perspectiva los riesgos a los que se enfrentan periodistas y defensores y defensoras de los derechos humanos en un mundo en el que los gobiernos cada vez se muestran más hostiles con quienes cantan las verdades al poder”.
“Para proteger la transparencia y la rendición de cuentas, debemos preservar el espacio de la sociedad civil. En el mundo actual, esto significa proteger las comunicaciones y los datos frente a injerencias no justificadas.”
“Entre los aspectos más escandalosos de la filtración se encuentran los indicios de que la CIA conocía –pero se ha callado– graves vulnerabilidades de teléfonos inteligentes y dispositivos electrónicos de consumo utilizados por cientos de millones de personas en todo el mundo.” “Y no son sólo las agencias de inteligencia estadounidenses las que recurren a estas prácticas: hay una carrera desatada entre las agencias de seguridad del mundo para introducirse en los servicios de Internet y los dispositivos electrónicos, que socava la seguridad de la información para todas las personas.” “Una reacción errónea sería poner las manos en alto y rendir nuestra privacidad. Podemos poner más difícil que otras personas –ya sean ciberdelincuentes o agencias decididas a tener a todo el mundo bajo control– utilicen indebidamente nuestra información personal. Hay unos sencillos trucos que pueden suponer una gran diferencia.”