A falta de pocas semanas para Escribe por los Derechos 2016, echamos la vista atrás y nos damos cuenta de todo lo que tus palabras lograron el año pasado. Y esto nos recuerda que el simple acto de escribir encierra poder en sí mismo.
El año pasado, simpatizantes de Amnistía Internacional de todo el mundo escribieron la impresionante cifra de 3,7 millones de cartas, mensajes, correos electrónicos, tuits y mucho más al participar en Escribe por los Derechos. Desde Afganistán hasta Zambia, entregados activistas, estudiantes, escolares e infinidad de personas se sumaron a la iniciativa. Juntas exigieron un cambio en nombre de personas y comunidades que sufren terribles abusos contra los derechos humanos. Y, ¿sabes una cosa? Aquello marcó una diferencia abismal. He aquí los casos de cinco personas cuya vida se ha transformado gracias al poder de la pluma.
Albert Woodfox –
En febrero de 2016 quedó finalmente en libertad, 44 años después de haber sido recluido en régimen de aislamiento en Estados Unidos. Más de 240.000 personas reclamaron su liberación y le mandaron mensajes de apoyo durante la campaña Escribe por los Derechos.
“Los mensajes que recibo desde el otro lado de los muros de la cárcel son una tremenda fuente de fortaleza para mí”, dijo Albert. “Quiero agradecer a toda la membresía de Amnistía Internacional y a sus simpatizantes el maravilloso trabajo que hacen en nuestro nombre.”
Phyoe Phyoe Aung –
En abril de 2016 recobró la libertad. Simpatizantes de Amnistía Internacional de todo el mundo enviaron más de 394.000 cartas, mensajes de correo electrónico, tuits y otros mensajes en su favor. La buena noticia llegó después de que el nuevo gobierno de Myanmar anunciara que trataría de poner en libertad cuanto antes a todos los presos de conciencia. Posteriormente, un tribunal retiró los cargos formulados contra Phyoe Phyoe Aung y decenas de estudiantes que participaron en las protestas de marzo de 2015. En una carta que mandó recientemente a los simpatizantes, Phyoe Phyoe Aung escribió lo siguiente: “Muchas gracias a todos y cada uno de ustedes.No sólo por hacer campaña en favor de mi liberación, y la liberación de otras personas recluidas, sino también por ayudarnos a mantener vivas nuestras convicciones y nuestra esperanza.”
Fue liberada de prisión en el norte de México en junio de 2016. Detenida el 10 de julio de 2012, fue golpeada, asfixiada y violada durante 15 horas de tortura hasta que finalmente se vio obligada a “confesar” que había participado en el asesinato de su esposo. Yecenia vio más de 8.000 cartas y mensajes: “Cuando recibo todas esas cartas que me dicen que no estoy sola, me siento genial. Y pienso: ‘Sí, es verdad, no estoy sola. Realmente me apoyan’. Emociona pensar que hay personas que se siguen preocupando por los derechos de los demás; y ni siquiera me conocen.”
Fred Bauma e Yves Makwamba –
Quedaron el libertad a final de agosto de 2016. Las personas que actuaron en favor de estos dos activistas juveniles de la República Democrática del Congo alcanzó la asombrosa cifra de 170.000. “Estoy feliz de verme libre después de más de 17 meses de prisión”, dijo Fred. “Cada carta, cada visita, cada palabra nos ha fortalecido y ha reforzado nuestra voluntad en esta larga pero justa lucha por la libertad y la democracia”, añadió Yves. “Una vez más, gracias.”
De nuevo, cinco personas consiguen la libertad gracias al apoyo entusiasta de todos los que participaron en Escribe por los Derechos el año pasado. Pero esto no termina aquí: Más de medio millón de personas también actuaron para proteger a las niñas y jóvenes en Burkina Faso, y dio resultado. El Ministerio de Justicia de ese país reafirmó el compromiso del gobierno de erradicar el matrimonio forzado y a edad temprana, y declaró que se había sentido obligado a hacerlo tras “recibir cartas, correos electrónicos y correspondencia de personas de todo el mundo”.
Escribe por los Derechos, realmente surge efecto. Únete.