Egipto: Tribunal militar condena a muerte a ocho personas tras desaparición y “confesiones” bajo tortura

Un tribunal militar egipcio ha condenado a muerte a ocho personas, todas ellas civiles, y a otras 18 a largas penas de cárcel tras un juicio sin garantías que se basó en “confesiones” extraídas bajo terribles torturas, incluida la flagelación de los acusados con un trapo ardiendo, ha dicho hoy Amnistía Internacional.
“Este fallo es una afrenta para la justicia y debe ser anulado de inmediato”, ha dicho Magdalena Mughrabi-Talhami, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Condenar a muerte a unos hombres que fueron torturados para que ‘confesaran’ es una atroz injusticia, incluso para los degradados niveles del sistema de justicia de Egipto. Estos hombres deben ser juzgados con garantías ante un tribunal civil ordinario que cumpla con las normas internacionales y no admita pruebas empañadas por la tortura ni recurra a la pena de muerte.”
Los 26 acusados han sido condenados por cargos tales como pertenencia a un grupo prohibido –la Hermandad Musulmana–, posesión de armas de fuego y explosivos y conseguir información militar clasificada sin autorización. De ellos, 19 estaban presentes en la sala, y los otros siete fueron juzgados y condenados in absentia. De los ocho condenados a muerte, seis estaban presentes en el juicio. Según las leyes de Egipto, el presidente debe ratificar las ejecuciones en un plazo de 60 días tras el fallo.
Las fuerzas de seguridad de Egipto arrestaron a los 19 acusados entre el 28 de mayo y el 7 de junio de 2015 y los mantuvieron en régimen de incomunicación hasta 46 días en centros de detención de los servicios de inteligencia del Ejército, en condiciones de desaparición forzada. Durante este tiempo, agentes de los servicios de inteligencia militar les aplicaron descargas eléctricas en diversas partes del cuerpo, incluidos los genitales, los flagelaron, les infligieron quemaduras y los suspendieron por las muñecas esposándolos con las manos atadas a la espalda.
Abogados y familiares de los acusados dijeron a Amnistía Internacional que éstos presentaban señales de tortura, como hematomas y quemaduras, en todo el cuerpo, además de heridas en las manos. Según abogados presentes en el juicio, todos los acusados hablaron al tribunal sobre la tortura y otros malos tratos, y pidieron que un forense verificara sus afirmaciones, petición que fue ignorada.
“El ejército de Egipto tiene un atroz historial de condenas a muerte y ejecuciones a partir de ‘confesiones’ extraídas bajo tortura, contraviniendo las leyes egipcias y el derecho internacional. Las autoridades deben detener la ejecución de estos seis hombres” , ha dicho Magdalena Mughrabi-Talhami.
“Las autoridades egipcias deben llevar a cabo una investigación independiente sobre la detención en régimen de incomunicación y la tortura de los acusados, y llevar a los responsables ante la justicia.”
Las familias de los hombres dijeron a Amnistía Internacional que durante el periodo en el que sus familiares estuvieron sometidos a desaparición forzada los habían buscado en comisarías, cárceles y dependencias fiscales, pero que las autoridades habían negado que estuvieran bajo custodia. Los familiares también enviaron telegramas al fiscal general, el ministro del Interior y el ministro de Justicia, pero no recibieron respuesta.
Amnistía Internacional halló que 18 de los acusados habían estado recluidos en régimen de incomunicación en la sede de los Servicios de Inteligencia del ejército de Ciudad Nasr, El Cairo, mientras que uno estaba en la conocida prisión militar de Al Azouly, dentro del campamento militar de Al Galaa, en Ismailía.
La mayoría de las familias no descubrieron que los detenidos estaban bajo custodia del ejército hasta el 10 de julio, cuando vieron por televisión un vídeo en el que el Ministerio de Defensa declaraba que se había detenido a “la célula terrorista más peligrosa” de Egipto. En el vídeo, los detenidos “confesaban” que pertenecían a grupos prohibidos y que habían atacado instituciones militares.
Amnistía Internacional ha visto el testimonio de ocho páginas del agente de inteligencia que preparó el caso. El tribunal le formuló 68 preguntas sobre las circunstancias de la detención de los acusados, las pruebas contra ellos y la relación que tenían entre sí. El agente de los servicios de inteligencia del ejército respondió a al menos 60 de estas preguntas con las frases “No lo recuerdo” o “Todo está documentado en las investigaciones oficiales sobre el caso”.
Información general
Los tribunales egipcios, civiles y militares, impusieron cientos de condenas a muerte a acusados de “terrorismo” y otros cargos relacionados con la violencia política que siguió al derrocamiento del ex presidente Mohamed Morsi, en julio de 2013. Entre las personas ejecutadas había presos condenados tras juicios sumamente injustos.
El año pasado fueron ejecutados al menos siete hombres en relación con actos de violencia política; uno de ellos el 7 de marzo, tras un juicio sin garantías. Seis hombres ejecutados el 17 de mayo habían sido condenados a muerte tras un juicio sumamente injusto en un tribunal militar, a pesar de la existencia de pruebas de que agentes de la inteligencia militar los habían torturado para obligarlos a “confesar” delitos penados con la muerte y habían falsificado sus fechas de detención en los documentos oficiales.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia del carácter o las circunstancias del delito, de las características y la culpabilidad o inocencia del acusado, y del método utilizado por el Estado para llevar a cabo la ejecución. El 6 de abril, Amnistía Internacional publicó su informe mundial sobre condenas a muerte y ejecuciones en 2015, una panorámica de los acontecimientos relacionados con la pena de muerte y sus estadísticas en todo el mundo.