Las autoridades paquistaníes no están protegiendo a las personas que defienden los derechos humanos, ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
El asesinato de Khurram Zaki, ex periodista y defensor de los derechos humanos muerto a tiros en un restaurante de Karachi el 8 de mayo de 2016, es el último de una serie de homicidios de destacados defensores paquistaníes de los derechos humanos cometidos en los últimos años.
“Por su condición de defensor de los derechos humanos, Khurram Zaki, de quien se sabía que estaba amenazado por grupos violentos, merecía ser protegido de quienes pretendían hacerle daño”, ha afirmado Champa Patel, directora regional de Amnistía Internacional para Asia Meridional.
“Las autoridades paquistaníes deben poner en marcha de inmediato una investigación exhaustiva, imparcial y efectiva sobre su asesinato y llevar a los autores ante la justicia.”
La muerte de Zaki se ha cometido en un momento en que defensores y defensoras de los derechos humanos de todo Pakistán conmemoraban los aniversarios de los asesinatos de la activista Sabeen Mahmud, muerta a disparos en Karachi el 24 de abril de 2015, y el abogado Rashid Rehman, a quien mataron en su despacho de Multan el 7 de mayo de 2014.
Grupos violentos que han actuado contra minorías religiosas habían amenazado reiteradamente la vida de Khurram Zaki por su destacada labor de campaña contra los homicidios sectarios en Pakistán. Amigos de Khurram Zaki han presentado una denuncia ante la policía para pedir a las autoridades que investiguen en concreto a dos grupos que ellos creen que están involucrados en el asesinato
“Estos tres asesinatos de conocidos defensores de los derechos humanos cometidos en otros tantos años sólo son ejemplos que suscitan serias dudas respecto al hecho de que las autoridades paquistaníes no hagan frente a los grupos violentos que declaran abiertamente su intención de silenciar a quienes los critican”, ha afirmado Champa Patel.
“El gobierno paquistaní ha prometido llevar ante la justicia a los grupos violentos, pero lo que vemos es que muchos de estos grupos siguen cometiendo abusos graves con total impunidad mientras que los defensores de los derechos humanos carecen de protección y las ONG sufren crecientes actos de intimidación.”
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Cuatro hombres armados que iban en dos motocicletas abrieron fuego contra Khurram Zaki y sus dos amigos cuando estaban sentados en la terraza de un restaurante en el norte de Karachi. Zaki murió y sus dos amigos resultaron heridos en el ataque.
Khurram Zaki era un destacado defensor de los derechos humanos que hizo campaña en favor de la detención de Maulana Abdul Aziz, de la Mezquita Roja de Islamabad, después de que el clérigo se negara a condenar el ataque talibán perpetrado contra una escuela de Peshawar en diciembre de 2014, en el que murieron al menos 142 personas, de las que 132 eran menores de edad. Otros defensores de los derechos humanos que hacían campaña junto a Zaki recibieron escalofriantes amenazas, también de los talibanes, por pedir la detención de Maulana Abdul Aziz.
En septiembre de 2015 mataron en Karachi a Ghulam Abbas, conductor de Sabeen Mahmud y único testigo de su asesinato, a pesar de estar protegido por la Ley de Protección de Testigos de Sind de 2013. Raja Umer Khattab, funcionario del departamento de lucha antiterrorista, contó al diario Amanecer que Abbas era “un importante testigo del caso y su asesinato subraya la urgencia de proteger a los testigos restantes”.
No ha habido detenciones por el asesinato de Rashid Rehman, respetado abogado de derechos humanos a quien amenazaron varias veces por defender a un hombre acusado de cometer blasfemia. En enero de 2016, la hermana de Rehman, Lubna Nadeem, declaró ante la Comisión de Derechos Humanos del Senado de Pakistán: “Todavía no he obtenido justicia por mi hermano”.