En respuesta al anuncio de la FIFA sobre la creación de un nuevo órgano de vigilancia para controlar desde el punto de vista de los derechos humanos las condiciones de trabajo en los estadios para la Copa Mundial 2022, Mustafa Qadri, investigador de Amnistía Internacional sobre los derechos de las personas migrantes en el Golfo, ha manifestado:
“Al final parece que la FIFA se está dando cuenta de que, si no toma medidas concretas, la Copa Mundial 2022 de Qatar estará basada en la sangre, el sudor y las lágrimas de los trabajadores migrantes.
“El anuncio de un órgano de vigilancia y el reconocimiento por parte de Infantino de que la FIFA debe tener verdaderamente en cuenta los derechos humanos son dos satisfactorios avances. Ahora deben abordarse sin falta los abusos contra los derechos humanos que Amnistía Internacional ha sacado ya a la luz en casos relacionados con el estadio Jalifa y los espacios verdes circundantes, la Aspire Zone. Estos casos demuestran también la necesidad de garantizar que el control de la FIFA en materia de derechos humanos no esté limitado a los estadios, sino que abarque también todas las demás actividades vinculadas al campeonato."