Los hombres armados que esta mañana han efectuado una ataque armado mortal en la universidad Bacha Khan de Charsadda, en el noroeste de Pakistán, han violado el principio fundamental del Derecho Internacional Humanitario al atacar de forma deliberada a civiles, y posiblemente han cometido un crimen de guerra. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.
El ataque ha sido reivindicado por un comandante talibán paquistaní de alto rango, que presuntamente había sido también el cerebro de la masacre en una escuela administrada por el ejército en la cercana ciudad de Peshawaren diciembre de 2014, que se saldó con la muerte de al menos 142 personas, entre ellas 132 niños y niñas. No obstante, desde su declaración se ha recibido información contradictoria, ya que un destacado portavoz de los talibanes pakistaníes ha condenado el ataque.
La tragedia de esta mañana es la continuación de una serie de ataques de los talibanes pakistaníes contra escuelas y otros “objetivos fáciles”.
“Quienquiera que sea responsable del ataque ha demostrado un desprecio absoluto por la vida y la inmunidad de la población civil.
Los grupos armados en Pakistán deben poner fin a todo ese tipo de afrentas a la humanidad y comprometerse públicamente a no atacar a civiles,” ha declarado Champa Patel, directora regional interina para Asia Meridional de Amnistía Internacional.
“En su respuesta a esta última tragedia, las autoridades pakistaníes deben hacer todo lo posible para proteger a la población civil, respetando los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Deben evitar adoptar medidas regresivas como la reanudación de las ejecuciones tras el ataque de 2014 contra la escuela de Peshawar. Ha quedado dolorosamente claro que ejecutar a más de 300 personas durante el año posterior en nombre de la lucha contra el ‘terrorismo’ en absoluto ha servido para evitar semejantes tragedias.”
Los medios de comunicación han señalado la posibilidad de que el ataque de hoy contra Bacha Khan se haya saldado con decenas de muertos y heridos, pero se desconoce todavía la cifra exacta de víctimas mortales. Se cree que al menos cuatro atacantes armados han sido abatidos en la operación de seguridad llevada a cabo por el ejército pakistaní, la policía y las fuerzas especiales.