Los talibanes están poniendo en peligro a la población civil durante el conflicto de Kunduz al esconderse en viviendas y realizar registros puerta a puerta en busca de personal de seguridad o del gobierno afgano, ha declarado Amnistía Internacional.
Mientras los combates continúan en Kunduz y las fuerzas de seguridad afganas tratan de recuperar la capital de provincia, los residentes locales informan de que los talibanes se ocultan en las viviendas para mezclarse con la población civil. Las autoridades han confirmado también al menos 16 muertes de civiles, aunque el número real podría ser mucho más alto; la ONU está intentando confirmar los informes según los cuales son 110 como mínimo los civiles que han perdido la vida.
La población civil sufre la peor parte de la terrible violencia que se está desarrollando en Kunduz. Al ocultarse en las viviendas, los combatientes talibanes exponen a los civiles a ataques. También hay informes según los cuales los talibanes realizan registros casa por casa en busca de personas vinculadas a las fuerzas de seguridad afganas o al gobierno.
David Griffiths, director del Programa Regional para el Asia meridional de Amnistía Internacional
En virtud del derecho internacional, todas las partes de un conflicto tienen la obligación de adoptar todas las precauciones posibles para proteger a la población civil que está bajo su control de los efectos de los ataques.
Saqueo de sedes de ONG, emisora incendiada
Desde que lanzaron su ataque contra Kunduz ayer, las fuentes han confirmado que los talibanes han saqueado oficinas e incautado equipos y vehículos pertenecientes a ONG, incluidas organizaciones humanitarias como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Estos actos están prohibidos por el derecho internacional.
Los talibanes también han incendiado las oficinas y destruido la mayor parte de los equipos de la emisora de radiotelevisión Roshani en Kunduz. Este medio de comunicación independiente se fundó en 2002 y era conocido por ocuparse sobre todo de asuntos relacionados con la mujer.
“Los ataques contra grupos de la sociedad civil y medios de comunicación deben cesar de inmediato. Estas organizaciones están realizando un trabajo vital en Afganistán y es indignante que se las ataque así”, prosiguió David Griffiths.
“El incendio de las oficinas de Roshani es un ataque flagrante contra la libertad de expresión y no augura nada bueno para los derechos humanos de la mujer. Resulta muy preocupante que apenas horas después de hacerse con el control de la ciudad, los talibanes ya parecen estar atacando a medios de comunicación independientes.”
Uso de vehículos humanitarios
Las imágenes publicadas en las redes sociales también parecen mostrar a combatientes talibanes usando un vehículo del CICR. Causar la muerte o heridas a un adversario, o capturarlo haciéndose pasar por trabajadores médicos —acto conocido como “perfidia”— es un crimen de guerra.
“Es crucial que todas las partes del conflicto respeten la independencia y la imparcialidad de las organizaciones humanitarias. Ningún combatiente debe usar en ninguna circunstancia el símbolo del Comité Internacional de la Cruz Roja”, concluyó David Griffiths.