Las sentencias condenatorias dictadas contra los periodistas de Al Yazira Mohamed Fahmy y Baher Mohamed son un insulto a la justicia y suponen un golpe mortal para la libertad de expresión en Egipto, ha dicho Amnistía Internacional.
El Tribunal Penal de El Cairo falló que los periodistas difundieron "noticias falsas" y trabajaron sin credenciales y condenó a Mohamed Fahmy a tres años de cárcel y a Baher Mohamed a tres años y medio. El otro periodista de Al Yazira juzgado en el mismo proceso, Peter Greste, fue declarado culpable in absentia y condenado a tres años de cárcel.
"Estas absurdas sentencias son un duro golpe para la libertad de expresión en Egipto. Para empezar, Mohamed Fahmy, Peter Greste y Baher Mohamed, cuyos cargos tenían motivación política y carecían de fundamento, jamás debían haber sido detenidos y juzgados", ha dicho Philip Luther, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
"El hecho de que dos de estos periodistas se enfrenten ahora a cumplir penas de prisión tras dos juicios manifiestamente injustos es una burla a la justicia en Egipto. Las sentencias dictadas hoy deben ser revocadas de inmediato y Mohamed Fahmy y Baher Mohamed –a quienes Amnistía Internacional considera presos de conciencia, encarcelados exclusivamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión– deben quedar en libertad incondicional".
Amnistía Internacional insta también a las autoridades egipcias a que faciliten la petición de extradición de Mohamed Fahmy de Egipto a Canadá.
Mohamed Fahmy y Baher Mohamed están en libertad bajo fianza desde el 1 de enero de 2015, cuando la más alta instancia de apelación de Egipto anuló sus sentencias condenatorias previas. Anteriormente cumplían penas de 7 y diez años de cárcel respectivamente. Ambos hombres pueden ahora presentar recurso una vez más ante el Tribunal de Casación.
El tribunal juzgó también por cargos similares a un grupo de ciudadanos egipcios, entre los que había estudiantes que afirmaron haber sido golpeados por las fuerzas de seguridad tras su detención el año pasado, y los condenó a tres años de cárcel. Un estudiante afirmó ante el tribunal en una vista reciente que las fuerzas de seguridad lo habían torturado después de volverlo a detener a principios de junio.
Las autoridades deben garantizar que las denuncias de tortura y otros malos tratos de los acusados son investigadas sin demora y de forma independiente e imparcial.
“Lamentablemente, las sentencias de hoy no son más que la punta del iceberg. Las autoridades egipcias están reprimiendo implacablemente a los medios de comunicación independientes y críticos de todo el país para que silencien la disidencia, incluidas las informaciones del extranjero. En los dos últimos años han sido arrestados decenas de periodistas y actualmente hay más de 20 detenidos", ha dicho Philip Luther.