Pakistán: Un centenar de personas enviadas al patíbulo desde que se levantó la moratoria sobre la pena de muerte

Pakistán ha alcanzado hoy el "vergonzoso hito" del centenar de ejecuciones desde que se levantó la suspensión de las ejecuciones en diciembre de 2014, ha afirmado Amnistía Internacional. El país se está ganando a pulso la reputación de ser uno de los principales verdugos del mundo. Amnistía Internacional ha documentado hoy la ejecución número 100 en Pakistán desde que el 17 de diciembre de 2014 se levantó la suspensión de la pena de muerte tras el ataque talibán contra una escuela en Peshawar. Munir Hussain, condenado a muerte por asesinato, ha sido ahorcado esta mañana en la provincia de Punyab. “Con ese vergonzoso récord del centenar de ejecuciones en poco más de cuatro meses, las autoridades paquistaníes demuestran un desprecio absoluto por la vida humana. Nuestra preocupación es aún mayor debido a que en muchos de los casos se impuso la pena de muerte en juicios manifiestamente injustos, que distaron de cumplir las normas mínimas que establece el derecho internacional. Esta cinta transportadora de muerte es completamente inútil para abordar las causas originarias de la delincuencia y el terrorismo y debe terminar de inmediato", ha dicho David Griffiths, director adjunto del Programa de Amnistía Internacional para Asia y Oceanía. "Las ejecuciones en Pakistán han aumentado a un ritmo alarmante en las últimas semanas, y ahora se realizan prácticamente a diario. Si el gobierno no vuelve a declarar una suspensión de las ejecuciones, quién sabe cuántas vidas más se perderán este año." “Los delitos graves como el asesinato o los actos de terrorismo son absolutamente reprobables, pero matar en nombre de la justicia no tiene un efecto disuasorio especial. Quienes cometen un delito deben ser procesados con las debidas garantías, pero sin que se recurra a la pena de muerte." Entre las miles de personas en peligro de ejecución está Shafqat Hussain, cuyos abogados afirman que era menor de edad en el momento de su juicio, durante el cual se utilizaron contra él pruebas obtenidas mediante tortura. A fecha de hoy, 140 países son abolicionistas en la ley o en la práctica. Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia del carácter o las circunstancias del delito, de la culpabilidad o inocencia del acusado y del método de ejecución previsto.