PENA DE MUERTE NO ES LA SOLUCIÓN

Como miembros de la sociedad puertorriqueña nos duele la tragedia ocurrida el pasado lunes 17 de noviembre en Guaynabo. Indudablemente fue un acto que toda la sociedad debe condenar. Nadie merece ser asesinado, ni perder a un ser querido de esta forma, ni pasar por la experiencia tan aterradora como la que vivió el joven sobreviviente. Queremos expresar nuestra profunda solidaridad con el joven sobreviviente y su familia.
Es en momentos así que debemos revaluarnos como sociedad, para que sucesos como estos nunca más se repitan. Pedro Santiago, director ejecutivo de la organización expresó “todos en la organización nos sentimos consternados con lo sucedido, pero sabemos que estar consternados no es suficiente. No es momento de buscar venganza con los perpetradores, sino justicia con las victimas y con Puerto Rico. No podemos permitir que individuos cometiendo actos tan despreciables nos definan como sociedad. El fracaso del sistema tradicional de seguridad ha sido puesto en evidencia una vez más, esta vez de forma horrible y aplastante. La solución no es la respuesta fácil de más policías, más miedo, sentencias más severas o represión. Es momento de ir a las causas de la criminalidad y abordar la seguridad desde un enfoque salubrista y de derechos humanos. No debemos enfocarnos solo en castigar después de los hechos, sino prevenir que hechos parecidos se repitan”.
La organización recalcó la importancia de los esclarecimientos de casos y la atención adecuada a las víctimas del crimen como estrategia a corto plazo. No obstante, no haremos una reforma verdadera hasta que vayamos a las causas primarias de esta criminalidad; la desigualdad y la falta de acceso a servicios fundamentales, como lo es la salud física y mental, la vivienda, el trabajo y una educación de excelencia.
Evelyn Michelle Román, coordinadora del Comité en Contra de la Pena de Muerte añadió “Sabemos que el dolor nos hace vulnerables a dejarnos llevar por el odio y reclamar vida por vida, no obstante sabemos que la pena de muerte no es la solución. No estamos protegiendo a los perpetradores, aspiramos a que se haga justicia y cumplan sentencias justas y humanas, protegemos a nuestra sociedad, porque Puerto Rico merece algo mejor de lo que está viviendo. Actualmente ya existen grupos trabajando por un nuevo enfoque en seguridad, el Estado solo debe tener la voluntad política de cambiar. Hemos venido haciendo lo mismo por más de dos décadas sin resultados. ¿Cuánto más hay que esperar?”.