El fallo de un tribunal de Manipur, que ordena la liberación de la presa de conciencia Irom Sharmila por carecer de fundamento los cargos de tentativa de suicidio presentados en su contra, es una victoria legal y moral para la activista y la huelga de hambre que mantiene desde hace 13 años, ha afirmado Amnistía Internacional hoy martes
El Tribunal Penal de Manipur Este ha fallado que las autoridades no han establecido que Irom Sharmila tuviera intención de suicidarse, y ha afirmado que su protesta era una “una demanda política por medios lícitos”.
“Se trata de una sentencia positiva -aunque debería haberse dictado hace tiempo- que reconoce que la huelga de hambre de Irom Sharmila es una sólida protesta por los derechos humanos y un ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión”, ha declarado Shailesh Rai, director de Programas de Amnistía Internacional India.
“Irom Sharmila nunca debería haber sido detenida. Deben retirarse todos los demás cargos de tentativa de suicidio presentados en contra de Irom Sharmila, que debe ser puesta en libertad de inmediato. En cambio, las autoridades deben prestar atención a los asuntos que esta extraordinaria activista plantea.”
Irom Sharmila mantiene desde hace más de 13 años una prolongada huelga de hambre para pedir la revocación de la Ley de Facultades Especiales de las Fuerzas Armadas (AFSPA). Poco después de iniciar su huelga de hambre el 2 de noviembre de 2000, fue detenida por la policía de Manipur y acusada formalmente de intento de suicidio, que es delito en virtud de la legislación india. En marzo de 2013, un tribunal de Delhi también acusó formalmente a Sharmila de intento de suicidio en octubre de 2006, cuando llevó a cabo una protesta en Delhi durante dos días.
Irom Sharmila está detenida en la sala de seguridad de un hospital de Imphal, Manipur, donde se le administra por la fuerza una dieta de líquidos por vía nasal. Nunca ha sido declarada culpable de tentativa de suicidio. Sin embargo, como el delito puede ser penado con hasta un año de prisión, ha quedado en libertad periódicamente tras cumplir un año bajo custodia judicial, para ser detenida de nuevo poco después al continuar con su ayuno.
El año pasado, más de 18.000 personas de todo el país apoyaron una campaña de Amnistía Internacional India para pedir la liberación sin condiciones de Irom Sharmila. La Comisión Nacional de Derechos Humanos india también reconoció que era “presa de conciencia”, detenida únicamente por la expresión pacífica de sus creencias, y pidió la supresión de las restricciones impuestas para el acceso a ella.
En septiembre de 2013, Irom Sharmila, inspirándose en la filosofía de no violencia de Mahatma Gandhi, dijo a Amnistía Internacional India: “Mi lucha es mi mensaje. Amo mucho mi vida y quiero tener libertad para estar con la gente y luchar por asuntos que me afectan.”
En febrero de 2012, el Tribunal Supremo de la India observó, en su sentencia en la causa Ram Lila Maidan Incident versus Home Secretary, Union of India and Others, que una huelga de hambre es “una forma de protesta que ha sido aceptada tanto históricamente como legalmente en nuestra jurisprudencia constitucional”. La Asociación Médica Británica, en un informe para la Asociación Médica Mundial, ha aclarado que “[una] huelga de hambre no equivale a suicidio. Las personas que emprenden huelgas de hambre tienen como objetivo alcanzar metas importantes para ellas, pero generalmente esperan y tienen intención de sobrevivir”. Esta postura ha quedado plasmada en la Declaración de Malta de la Asociación Médica Mundial sobre las Personas en Huelga de Hambre.
La AFSPA, que está en vigor en algunas zonas del nordeste de la India desde 1958, y una ley prácticamente idéntica en vigor en Jammu y Cachemira desde 1990, conceden amplios poderes a los militares, incluidos el de disparar a matar en determinadas situaciones y el de practicar detenciones sin orden judicial. La Ley dispone asimismo la práctica inmunidad frente a enjuiciamiento para el personal de seguridad, al prescribir la autorización previa del gobierno central, que casi nunca se concede.
La AFSPA incumple normas internacionales de derechos humanos, incluidas disposiciones de tratados en los que la India es Estado parte, y no está en consonancia con la obligación legal internacional de la India de respetar y proteger el derecho a la vida, la libertad y la seguridad de la persona, el derecho a no sufrir tortura y otros malos tratos y el derecho a un recurso efectivo.