NO QUIERO QUE ME MATEN. NI SER LA EXCUSA POR LA QUE MATEN.

LA PENA DE MUERTE NO ROMPE EL CICLO DE VIOLENCIA MACHISTA

En 1952, la Constitución de Puerto Rico prohibió la pena de muerte. Pese a esta prohibición, desde finales de los 90 y principios del 2000, el tribunal federal para el Distrito de Puerto Rico interpretó la aplicación de la pena de muerte en la isla. Desde entonces, la fiscalía federal ha intentado obtener sentencias de muerte contra un sinnúmero de acusados en la isla.

La pena de muerte ha sido repudiada por lxs puertorriqueñxs en múltiples ocasiones, incluyendo el referéndum de 1991. Aún así la cantidad de casos que se certifican para la pena capital sigue en aumento. ¡Nos quieren imponer que matemos!


Ante el alza de feminicidios y transfeminicidios, el ambiente está cargado y se esperan nuevas certificaciones. La pena de muerte no es la solución para detener la violencia machista. Matar no revive a nuestras muertas. Necesitamos implementar los mecanismos que nos ayuden a salvaguardar la salud, dignidad y vidas de nuestras mujeres, personas trans y niñxs. La educación con perspectiva de género en las escuelas rompe con el ciclo machista al educar a nuestras futuras generaciones  sobre la diversidad y la equidad, incentivando la construcción de nuevas formas de relacionarse entre personas adultas. Solo así podremos transformar las relaciones jerárquicas entre hombres y mujeres en vínculos democráticos de responsabilidad compartida, en relaciones de equidad.

Exige que el Gobierno de Puerto Rico establezca la Educación con Perspectiva de Género en las escuelas como método de frenar la ola de violencia machista y la promoción de los derechos a la salud, dignidad y las vidas de las mujeres, personas trans, niños y niñas del país.