Puerto Rico: A un año del huracán María, nuevas pruebas demuestran que se negó a los puertorriqueños agua indispensable

Amnistía Internacional ha corroborado imágenes obtenidas vía satélite que muestran que se dejaron sobre la pista de un aeropuerto 22 millones de dólares en agua esencial para la población. El secretario general de Amnistía Internacional, Kumi Naidoo, visitará Puerto Rico en el primer aniversario del huracán María.
Amnistía Internacional exige al gobierno de Puerto Rico y al gobierno federal de Estados Unidos una investigación independiente sobre la respuesta de las autoridades al paso del huracán María por Puerto Rico, que se cobró las vidas de 2.975 personas. Ese reclamo se produce después de que se revelara el acopio de una gran cantidad de agua potable en una pista del aeropuerto de Ceiba, sin señales de que se haya distribuido a la población gravemente afectada por el huracán en un período de varios meses.
“La cifra de muertos tras el huracán María fue tan enorme porque las autoridades no aplicaron garantías básicas que podrían haber salvado cientos de vidas, si no miles. La lamentable respuesta del gobierno del presidente Trump demuestra un fracaso deplorable en términos de proteger los derechos humanos básicos de los puertorriqueños en el momento en que éstos más lo necesitaban”, afirmó Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional.
“Ahora, casi un año después del huracán, hemos obtenido pruebas nuevas de cómo fallaron tan gravemente a la población de Puerto Rico precisamente las autoridades que deberían haberla protegido.”
El analista experto en detección remota de Amnistía Internacional examinó meses de imágenes de satélite del aeropuerto de Ceiba. Esas imágenes muestran claramente cómo se acumularon con rapidez en una pista en desuso, entre finales de enero y principios de marzo de 2018, grandes cantidades de bienes cubiertos con lonas azules que en su gran mayoría parecen haber permanecido desde entonces en ese mismo lugar. En combinación con fotografías aéreas publicadas esta semana y documentos oficiales del gobierno estadounidense, estos elementos son un claro indicio de que millones de botellas de agua que podrían haber salvado vidas se dejaron durante meses en una pista de aeropuerto, cuando podrían haberse distribuido entre los puertorriqueños devastados por el huracán.
Según documentos oficiales del gobierno federal estadounidense publicados por CBS News, la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), el organismo federal estadounidense responsable de coordinar la respuesta a catástrofes, tenía a su cargo 20.833 palés de agua embotellada con un valor de más de 22 millones de dólares.
“El acceso al agua es un derecho humano. ¿Cómo puede la respuesta a la catástrofe del huracán María ser un “éxito no reconocido” si se dejan 22 millones de dólares en agua potable acumulados en una pista de aeropuerto mientras hay personas que sufren?”
El nuevo secretario general de Amnistía Internacional, Kumi Naidoo, visitará a activistas de derechos humanos y a supervivientes en Puerto Rico al cumplirse un año del huracán María, el 20 de septiembre, antes de visitar el territorio continental de Estados Unidos.
“Lamentablemente, mientras vemos cómo otra tormenta se lanza contra el territorio continental estadounidense, exhortamos al presidente Trump a replantearse su postura sobre el cambio climático, como un asunto de extrema urgencia”, advirtió Kumi Naidoo.
“La frecuencia y la ferocidad de los huracanes y de otros fenómenos asociados con ellos están batiendo un récord tras otro. No podemos negar esa evidencia, ni la devastación que provoca cada uno de esos fenómenos.”
Información complementaria
El 11 de septiembre, Abdiel Santana, un agente de policía de Puerto Rico, compartió en su cuenta de Facebook imágenes de algo que afirmó eran casi un millón de cajas de agua abandonadas en una pista de aeropuerto. CBS News confirmó que la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) ha reconocido que millones de botellas de agua que se deberían haber entregado a los supervivientes del huracán María no se distribuyeron y permanecieron durante más de un año en un aeropuerto de Puerto Rico.