En respuesta a la noticia de que el gobierno de Estados Unidos ha impuesto un embargo de armas sobre Sudán del Sur, país que ha entrado en el quinto año de un conflicto armado que ha generado abusos generalizados e incesantes sufrimientos, Adotei Akwei, director de Trabajo de Incidencia sobre África de Amnistía Internacional Estados Unidos, ha declarado:
“Este anuncio del gobierno de Trump, que debería haberse producido hace tiempo, debe animar al Consejo de seguridad de la ONU a actuar con más firmeza para evitar nuevos homicidios de civiles y otras graves violaciones de derechos humanos en Sudán del Sur, imponiendo un embargo de armas integral que detenga la afluencia de armas al país.”
“La población civil que ha sufrido desplazamientos forzados, violaciones masivas y ataques por motivos étnicos durante los últimos cinco años merece el apoyo de la comunidad internacional, que debe hacer todo lo que esté en su mano para llevar la estabilidad al país más joven del mundo.”
A pesar de que el 21 de diciembre de 2017 las facciones enfrentadas en Sudán del Sur firmaron un acuerdo de alto el fuego, los combates no han cesado, y es probable que se agraven durante la actual estación seca a menos que se emprenda una actuación internacional coordinada y sostenida.
El anuncio de Estados Unidos se produce cuatro días después de que la Unión Africana anunciara que contemplaba la posibilidad de imponer sanciones a los dirigentes que violen el acuerdo de alto el fuego en Sudán del Sur.
Información complementaria:
Decenas de miles de personas han muerto y miles más han sido víctimas de violencia sexual desde el comienzo del conflicto en Sudán del Sur, el 15 de diciembre de 2013, mientras que cerca de cuatro millones de personas se han visto desplazadas desde entonces.
Miles de hombres, mujeres, niños y niñas han sido sometidos a actos de violencia inimaginables, incluidos abusos sexuales, por parte de fuerzas tanto gubernamentales como de la oposición. Algunos de esos actos podrían constituir crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra.
Amnistía Internacional ha documentado indicios de violaciones y abusos perpetrados por las fuerzas gubernamentales y de la oposición con total impunidad, brutalidad y desprecio por la vida humana.