México: Encubierta por el silencio navideño, se desata una ola de al menos 5 desapariciones forzadas por policía en Guerrero.

Mientras los lugareños se encontraban celebrando las fiestas navideñas en sus hogares, policía en la ciudad de Chilpancingo desapareció forzadamente a 5 jóvenes, usando tácticas escalofriantes que se asemejan a las utilizadas por el crimen organizado, dijo Amnistía Internacional.
“Trágicamente, la desaparición forzada de estos jóvenes, es la última de una larga serie de horrores ocurridos en el estado de Guerrero. Los signos alarmantes de corrupción y terribles violaciones a derechos humanos permanecen a la vista de todos, y aquellos servidores públicos que negligentemente los ignoran, son cómplices”, dijo Erika Guevara-Rosas, Directora para las Américas de Amnistía Internacional.
La organización llevó a cabo recientemente una misión de investigación en Chilpancingo, donde confirmó la desaparición forzada de Alán Alexis junto con dos menores de edad el 27 de diciembre de 2017, así como la desaparición forzada de Jorge Arturo Vázquez Campos y Marco Eduardo Catalán Cabrera, el 30 de diciembre de 2017 en la feria local de la ciudad.
Alan Alexis y dos adolescentes habrían sido desaparecidos y torturados durante 7 días por la policía municipal de Chilpancingo y la policía ministerial del Estado. Según la información recibida por Amnistía Internacional, los tres jóvenes fueron privados de la libertad y trasladados a la estación de policía local el día 27 diciembre, conducidos posteriormente a una casa de seguridad, y luego transportados en un tormentoso viaje a Acapulco. Allí fueron introducidos en celdas, donde permanecieron al menos 3 días sin acceso a comida, y con el temor de ser asesinados. El día 3 de enero de 2018, los tres jóvenes fueron llevados de nuevo a la ciudad de Chilpancingo y arrojados con vida detrás de un supermercado local, presentando claros signos de tortura y envueltos con cinta adhesiva de cuerpo y ojos. La información recibida indica que la policía los habría torturado con la intención de obtener información, en concreto una “confesión” ilegal. Los datos a los que tuvo acceso Amnistía Internacional apuntan que hasta el momento no se ha iniciado una investigación por las alegaciones de tortura, a pesar de haber sido formalmente denunciada.
“Es escandaloso que la impunidad por estas graves violaciones a derechos humanos siga siendo la norma. El actual contexto de la capital de Guerrero demuestra que otro caso como Ayotzinapa podría darse en cualquier momento.”
Jorge Arturo Vázquez Campos y Marco Eduardo Catalán Cabrera, habrían sido desaparecidos por policía municipal, supuestamente en coordinación con el crimen organizado. Sus cuerpos fueron encontrados el 3 de enero en un lote abandonado a las afueras de Chilpancingo. Hasta el momento, sólo un policía municipal ha sido detenido por estos hechos, a pesar de que Amnistía Internacional tiene evidencia que indica que las redes de colusión serían mayores.
“La impactante desaparición de estos jóvenes no es un evento aislado y ha afectado a familias de diferentes niveles socioeconómicos”.
Amnistía Internacional ha recibido reportes sobre otras dos desapariciones ocurridas durante el mismo periodo en Chilpancingo. Efraín Patrón Ramos fue reportado como desaparecido en la madrugada del 29 de diciembre, cerca del parque principal de la ciudad. La familia denuncia el involucramiento de la policía municipal en los hechos. Adicionalmente, la organización ha recibido información en relación al caso de Abel Aguilar García, quien desapareció el día de Navidad, 25 de diciembre. Ambos casos fueron denunciados ante la Fiscalía General del Estado de Guerrero, y hasta la fecha su paradero permanece desconocido y así como la identidad de los responsables.
“Es esencial que las autoridades aseguren una investigación imparcial, pronta y exhaustiva que establezca la totalidad de las circunstancias que apuntan al involucramiento de autoridades a todos los niveles en estas desapariciones forzadas, así como en relación a los actos de tortura contra tres personas y la muerte de otras dos. Mientras tanto, la seguridad de los sobrevivientes, familiares, y testigos es primordial y deben ser protegidos”.