Tras la noticia del nombramiento por el presidente Trump de Gina Haspel como subdirectora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, ha declarado: “Los informes según los cuales Gina Haspel dirigió el presunto lugar negro de la CIA en Tailandia en la época en que los detenidos eran sometidos a tortura y desaparición forzada, y su posible papel en la destrucción de las pruebas de tales delitos de derecho internacional suscitan una honda preocupación.
“El anuncio de este nombramiento justo después de las recientes manifestaciones públicas del presidente Trump en apoyo de la tortura hace saltar todas las alarmas. “Estas denuncias son graves y deben ser sometidas a un exhaustivo examen. Nadie debe ser elegido para un puesto en el que pueda interferir en la investigación de crímenes de derecho internacional o facilitar su encubrimiento. “Con todo lo que habla la administración Trump de ‘escrutinio extremo’, también debería examinar la capacidad de los funcionarios públicos de hacer cumplir la Constitución estadounidense y el derecho internacional.
“El que durante el gobierno de Obama no se hayan llevado a cabo investigaciones sobre presuntos casos de tortura, desaparición forzada y otros crímenes de derecho internacional perpetrados dentro del programa de detención secreta de la CIA no significa que las personas sospechosas de haber participado en estos crímenes estén libres de toda sospecha, sino que corresponde a la administración Trump ordenar investigaciones independientes e imparciales y exigir que los responsables rindan cuentas, con independencia de su condición o rango.”