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Las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU deben reparar sus graves deficiencias y mejorar la protección de la población civil de Sudán del Sur frente a los homicidios y las violaciones a manos de fuerzas armadas y otros grupos. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional tras el despido del oficial al mando de las fuerzas de la ONU en Sudán del Sur. La organización pide a la ONU que difunda todas las conclusiones de la investigación independiente especial sobre los abusos.
La investigación sobre el terreno llevada a cabo por Amnistía Internacional en julio, agosto y septiembre de 2016 reveló graves deficiencias en la conducta de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU y sacó a la luz los indicios de que las fuerzas de la ONU habían puesto en peligro a la población civil, tanto con sus acciones como con su inacción.
“El cambio en el mando de la misión de mantenimiento de la paz en Sudán del Sur tiene que venir acompañado de un cambio rápido y drástico entre los 16.000 soldados que la componen. Es hora de que estas fuerzas implementen su mandato de proteger a la población frente a los homicidios y la violación”, ha manifestado Joanne Mariner, asesora general de Amnistía Internacional sobre respuesta a las crisis.
“La misión de la ONU debe garantizar la protección efectiva de la población civil, especialmente la de quienes han buscado refugio en los centros de protección de civiles de la Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS). La misión debe aumentar la frecuencia de sus patrullas tanto a pie como motorizadas y proporcionar escoltas a las personas que necesitan abandonar los centros de protección, especialmente para fines esenciales como ir al mercado a comprar alimentos.”
Tras una investigación especial independiente llevada a cabo por las Naciones Unidas, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ha pedido que se sustituya al oficial al mando de las fuerzas, el teniente general Johnson Mogoa Kimani Ondieki. La investigación concluyó que las fuerzas de mantenimiento de la paz no habían respondido cuando unos soldados gubernamentales atacaron en julio un recinto en el que residían trabajadores humanitarios internacionales en Yuba.
La investigación de Amnistía Internacional, publicada el mes pasado, muestra que la respuesta de la ONU al ataque de julio contra el campo de Terrain formaba parte de un peligroso patrón de inacción. En tan sólo uno de los ataques documentados por Amnistía Internacional, una nuer de 24 años violada por cinco soldados gubernamentales justo delante de la base de la ONU en el barrio de Jebel, en Yuba, contó que las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU y los guardias de seguridad privada podían ver el ataque, pero no acudieron en su ayuda.
En otro caso, la policía de la ONU arrojó botes de gas lacrimógeno contra una multitud de asustados civiles nuer en la base de la ONU en el mismo barrio de Jebel.