El gigante empresarial de las materias primas Trafigura debe decir la verdad sobre la composición de los residuos tóxicos vertidos en la capital de Costa de Marfil, Abiyán, hace 10 años, ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
Trafigura nunca ha revelado lo que había exactamente en los más de 540.000 litros de residuos tóxicos que fueron vertidos en 18 lugares diferentes de Abiyán el 19 de agosto de 2006. Más de 100.000 personas necesitaron asistencia médica tras el vertido por toda una diversidad de síntomas, incluidos mareos, vómitos y dificultades respiratorias, y las autoridades informaron de 15 fallecimientos.
Fuente: www.rtv.es
“Cuando han transcurrido ya 10 años de una de las peores catástrofes ecológicas del siglo XXI, Trafigura y los gobiernos han abandonado por igual a las víctimas en el sufrimiento de un legado tóxico. Mientras, Trafigura ha renovado su imagen corporativa y asegura que es una empresa transparente y responsable. A este gigante empresarial, que declaró unos beneficios de 1.100 millones de dólares estadounidenses en 2015, no debe permitírsele que se lave las manos por completo ante este desastre”, ha afirmado Lucy Graham, investigadora del Equipo sobre Empresas y Derechos Humanos de Amnistía Internacional.
“Nunca se han tomado las medidas adecuadas para obligar a Trafigura a rendir cuentas por su papel en el vertido. Si se hubieran vertido residuos tóxicos en el centro de Londres, habría que pagar las consecuencias, y bien rápido. Pero, en este caso, varios directivos de Trafigura reunidos en un despacho de Londres sancionaron con su firma la eliminación de los residuos tóxicos sin las debidas precauciones en la mayor capital de África Occidental.”
La opacidad de Trafigura prolonga el miedo en Abiyán
En un informe conjunto publicado en 2012, Amnistía Internacional y Greenpeace documentaron cómo la negativa de Trafigura a revelar la composición de los residuos tóxicos dificultaron las tareas de limpieza y la respuesta médica a la catástrofe.
Cuando Amnistía Internacional escribió en junio a Trafigura y le pidió que aprovechara el décimo aniversario para revelar finalmente la composición de los residuos, respondió: “No tenemos nada que añadir a lo que ya se ha dicho [a Amnistía Internacional en agosto de 2012] y no tiene ningún sentido continuar la discusión”.
Trafigura aseguró además que ya había revelado la composición de los residuos en actuaciones judiciales británicas. Sin embargo, la información que reveló en realidad estaba basada en pruebas realizadas por un organismo oficial en Ámsterdam seis semanas antes de que se llevara a cabo el vertido.
Además, siguió restando gravedad a las consecuencias del vertido tóxico, afirmando que “los derrames [de residuos], en el peor de los casos, habrían causado ligeros síntomas a corto plazo de gripe y ansiedad. Pero los datos que sustentan esta afirmación son confidenciales debido al acuerdo judicial con que se resolvió el litigio británico en 2009.
En su informe de 2012, Amnistía Internacional y Greenpeace mostraban que las víctimas habían sufrido una diversidad de graves problemas de salud, como afecciones respiratorias, fuertes dolores abdominales y trastornos digestivos, que coinciden con los efectos probables de la exposición a las sustancias químicas que se piensa que integraban los residuos.
En julio de 2016, Amnistía Internacional entrevistó a residentes de Abiyán afectados por el vertido de 2006. Aseguraron que todavía estaban enfermos como consecuencia de haber inhalado los residuos químicos que, tras su vertido en lugares próximos a zonas residenciales, permanecieron allí durante años. Personas que vivían cerca de las zonas de vertido, o que cultivaban verduras en esas zonas, contaron a Amnistía Internacional que todavía se notaba el olor de los residuos cuando llovía mucho.
Los 38 residentes de Abiyán con los que habló Amnistía Internacional, excepto 3, dijeron que aún padecían problemas de salud. El gobierno de Costa de Marfil no ha hecho un seguimiento de las víctimas para evaluar si sufrían efectos a largo plazo en su estado de salud.
“Si no se llevan a cabo seguimientos adecuados de su salud y Trafigura no revela la composición química de los residuos, la gente seguirá viviendo con miedo y sin respuesta a preguntas fundamentales sobre cómo han afectado los residuos a su salud. El hecho de que Trafigura no revele esa información ha dejado un legado de incertidumbre a muchas víctimas, a quienes preocupan los efectos a largo plazo para su salud”, ha afirmado Lucy Graham.
“Trafigura afirma que los residuos tóxicos no causaron más daños que una gripe, pero basa esta afirmación en información que mantiene en secreto. Si la empresa no tiene nada que ocultar, ¿por qué no revela toda la información que las víctimas necesitan para continuar con sus vidas?”
Trafigura intenta renovar su imagen corporativa
Mientras, Trafigura intenta renovar su imagen corporativa presentándose como líder de la responsabilidad empresarial en el sector de la comercialización de materias primas. Trafigura fue la primera empresa comercializadora de materias primas que se sumó a la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas en 2014; según dijo su director general, esta decisión reflejaba su “compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas”. En fechas recientes celebró en Ginebra un foro de múltiples partes interesadas sobre el fomento del comercio responsable.
“Es hipócrita que Trafigura pregone un aparente historial de transparencia cuando las víctimas del vertido de 2006 siguen temiendo por su salud por culpa de su opacidad. Si realmente actuara con transparencia y responsabilidad, daría a conocer toda la información relativa al vertido de residuos tóxicos en Abiyán y sus posibles efectos en las personas que viven allí. ¿Por qué Trafigura iba a seguir poniendo trabas al tratamiento médico de los afectados de Abiyán si no tuviera algo que ocultar?”, se pregunta Lucy Graham.
Los gobiernos otorgan carta blanca a las empresas para cometer delitos
Han pasado diez años y ningún gobierno ha obligado a Trafigura a revelar la composición exacta de los residuos tóxicos ni ha investigado qué papel tuvo Trafigura en el vertido, dejando que las víctimas presenten demandas civiles en Costa de Marfil y Países Bajos.
En agosto de 2015, Amnistía Internacional puso al descubierto la escandalosa falta de medidas del gobierno británico para investigar el papel de Trafigura en el vertido de residuos tóxicos. Amnistía Internacional presentó indicios de que el personal de Trafigura en Reino Unido podría haber decidido intencionadamente hacer el vertido en Abiyán. Las autoridades británicas dijeron a Amnistía
Internacional que carecían de la capacidad y los recursos legales para enfrentarse a un gigante empresarial. Amnistía Internacional afirma que Reino Unido debe aprobar una ley semejante a la ley británica contra el soborno, que tipifique como delitos los abusos graves contra los derechos humanos cometidos en el extranjero por empresas radicadas en Reino Unido, a menos que éstas puedan demostrar que han adoptado sistemas para impedir que sucedan.
“Se está sentando un peligroso precedente al no obligar a Trafigura a revelar la composición de los residuos ni investigar si esta comercializadora de materias primas cometió un grave delito ecológico así como graves abusos contra los derechos humanos. Transmite el mensaje de que, cuanto más grande y poderosa es una empresa, mayor es su inmunidad a la rendición de cuentas”, ha afirmado Lucy Graham.
“Mientras se permita que empresas incontroladas abusen de una legislación blanda en los países industrializados o de un gobierno blando en los países frágiles y afectados por conflictos, seguirá siendo muy razonable pensar que el escándalo ocurrido en Abiyán en 2006 puede repetirse hoy.”