Asesinatos masivos, violaciones en grupo y registros casa por casa de escuadrones de la muerte talibanes, éstos son algunos de los espantosos testimonios de civiles que llegan de Kunduz mientras las fuerzas afganas afirman hoy haber recuperado el control de zonas clave del norte de la ciudad, ha manifestado Amnistía Internacional.
La organización ha hablado con numerosas personas, en su mayoría mujeres, que han huido de Kunduz desde el lunes, cuando los talibanes lanzaron un repentino asalto a la ciudad. Defensoras de los derechos humanos de Kunduz hablan de un “lista negra” que sirve a los talibanes para localizar a activistas y otras personas, y cuentan que los combatientes han violado y matado a numerosas mujeres y otros civiles.
“Los espantosos relatos que hemos escuchado describen un régimen de terror impuesto por los talibanes esta semana durante su brutal toma de Kunduz. Las múltiples denuncias creíbles de homicidios, violaciones y otros horrores cometidos contra los habitantes de la ciudad deben impulsar a las autoridades afganas a tomar ya más medidas para proteger a la población civil, especialmente en las zonas donde parece inminente que se produzcan más combates”, ha señalado Horia Mosadiq, investigadora de Amnistía Internacional sobre Afganistán.
“Continúan los intensos combates mientras las fuerzas afganas intentan recuperar plenamente el control y restablecer el orden público en Kunduz. Es de la máxima importancia proteger a la población civil de nuevos ataques y abusos graves de los talibanes. “Muchos organismos humanitarios han continuado realizando valientemente su trabajo en Kunduz y sus alrededores en los últimos días. Se les debe facilitar el acceso para que sigan salvando vidas con su labor. Con miles de personas obligadas a abandonar sus hogares, es esencial también que todas las partes accedan a crear un corredor humanitario que permita a la población civil salir de la ciudad con seguridad.”
La “lista negra” de los talibanes
Una mujer dedicada a prestar asistencia a víctimas de violencia intrafamiliar en Kunduz y que ha huido a un lugar seguro en una provincia próxima ha contado a Amnistía Internacional que los combatientes talibanes utilizaban una “lista negra” para localizar a sus objetivos. Al parecer contiene nombres y fotografías de activistas, periodistas y funcionarios públicos de Kunduz.
La mujer ha explicado que, al haber bloqueado los talibanes las carreteras de salida de la ciudad, tanto ella como muchas otras mujeres y hombres tuvieron que huir a pie. Anduvieron durante más de siete horas por terreno abrupto, y al final estaban agotados y les sangraban los pies.
Cuando los talibanes tomaron la Dirección Nacional de Seguridad y otras sedes gubernamentales y de ONG de Kunduz el lunes, tuvieron acceso a gran cantidad de información sobre personal de ONG, empleados públicos y miembros de las fuerzas de seguridad, incluidas direcciones, números de teléfono y fotografías.
Desde entonces, sus combatientes parecen estar sirviéndose de niños para efectuar con su ayuda registros casa por casa a fin de localizar y secuestrar a sus objetivos, incluidas mujeres.
A otra defensora de los derechos humanos de las mujeres, los talibanes le saquearon y quemaron la casa y la oficina el martes por la noche. Los combatientes talibanes no dejaban de llamarla para preguntarle por el paradero de las mujeres a las que ayudaba.
Ella y varias mujeres más consiguieron ayuda para huir junto con sus hijos a un lugar seguro. No obstante, ha contado a Amnistía Internacional que ella y su familia escaparon sin nada más que la ropa que llevaban puesta y llenos de espanto.
Asesinatos y violaciones masivos
Según activistas locales, en el caso de los jefes de policía y los militares, especialmente de los que trabajan en la Policía Local Afgana, los combatientes talibanes han violado a mujeres de sus familias y matado a otros miembros de ellas, incluidos niños. También han saqueado y quemado las casas de las familias.
Una persona, familiar de una partera de la maternidad de Kunduz, ha contado a Amnistía Internacional que los combatientes talibanes violaron en grupo y mataron a otra partera y a ella por prestar servicios de salud reproductiva a las mujeres de la ciudad.
Los talibanes dejaron en libertad a todos los hombres presos en Kunduz y les dieron armas para que lucharan contra las fuerzas del gobierno. A las mujeres presas, las violaron y las golpearon, y luego secuestraron a algunas y dejaron en libertad a otras.
Un testigo ha contado a Amnistía Internacional que, en su barrio, una mujer recibió un disparo en medio de los combates en los talibanes y las fuerzas de seguridad afganas. Los combatientes talibanes respondieron a los gritos de dolor de la mujer entrando en su casa y disparándole a quemarropa en la cabeza, a la vez que obligaban a su esposo a verla morir.
“Cuando los talibanes impusieron su control sobre Kunduz, afirmaron estar restableciendo el orden público y la sharia en la ciudad. Pero todo lo que han hecho va en contra de ambas cosas. No sé quién va a salvarnos de esta situación,”, ha explicado una defensora de los derechos humanos de Kunduz a Amnistía Internacional.
Temor de represalias
Amnistía Internacional pide a las fuerzas del gobierno que, cuando recuperen el control de Kunduz, no tomen represalia contra los talibanes capturados o heridos. Todos los combatientes talibanes que puedan haber cometido violaciones graves de derechos humanos o del derecho internacional humanitario deben ser sometidos a una investigación y procesados en juicios justos y sin recurrir a la pena de muerte.
Romper la espiral de violencia y restablecer el respeto de la ley supone garantizar que las tropas y las autoridades afganas no toman venganza contra ningún prisionero, lo cual constituiría un crimen de guerra.