La decisión del presidente Edgar Lungu de conmutar por cadena perpetua las condenas de 332 presos que estaban en espera de ejecución por ahorcamiento es un primer paso loable y un “triunfo” para el derecho a la vida, ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
La organización pide ahora al presidente Edgar Lungu que proceda a abolir por completo la pena de muerte, que viola el derecho a la vida consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos. No existen datos que indiquen que la pena de muerte disuada de cometer delitos en mayor medida que otras formas de castigo.
El presidente Edgar Lungu ha dado un paso muy progresivo al decidir librar a estas 332 personas de la pena de muerte, la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante. Esta decisión merece nuestro elogio, pero el presidente debe dar un paso más y abolir totalmente la pena de muerte en el país.
Deprose Muchena, director de Amnistía Internacional para África Austral
Delitos como el asesinato, la traición y el robo a mano armada son punibles con la muerte en Zambia. Sin embargo, no se ha llevado a cabo ninguna ejecución por ahorcamiento en el país desde 1997.
“Zambia debe aprovechar sus propios logros y unirse a otros países de todo el mundo que están descartando el uso de la pena de muerte. Los gobiernos que siguen usando la pena capital pensando que reducirá la delincuencia se están engañando”.