Las autoridades chinas deben poner fin al ataque contra los abogados y abogadas de derechos humanos, dijo Amnistía Internacional el sábado después de que la policía hubiera puesto en el punto de mira a más de 50 abogados y activistas en una campaña de represión a nivel nacional.
Los destacados abogados de derechos humanos Li Heping y Sui Muqing se encuentran entre las personas que se teme que hayan sido detenidas, cuyo número asciende al menos a 20. Todas las personas que se encuentran en paradero desconocido desde que comenzara la campaña de represión el jueves 9 de julio son conocidas por su trabajo en casos de derechos humanos.
Las autoridades han dirigido sus ataques contra abogados de todo el país, incluidas las ciudades de Pekín, Guangzhou y Shanghái. A medida que van recibiéndose nuevos informes, es difícil determinar quiénes han sido detenidos por las autoridades o llevados para ser interrogados y quienes simplemente se han escondido para evitar una posible detención.
"Las autoridades deben poner fin a este ataque contra los abogados de derechos humanos. Una campaña represiva nacional sin precedentes como esta sin duda cuenta con la aprobación del gobierno central", ha dicho William Nee, investigador sobre China de Amnistía Internacional.
"Este ataque coordinado contra los abogados es una burla de las afirmaciones del presidente Xi Jinping de que tiene intención de promover el Estado de derecho. Las autoridades deben poner en libertad de forma inmediata e incondicional a todas las personas detenidas únicamente por su labor de defensa de los derechos humanos.
Según la esposa del abogado Sui Muqing, el viernes por la noche agentes de policía fueron a su domicilio en la provincia de Guangdong, al sur de China, y lo detuvieron por "provocar peleas y crear problemas", aunque no dieron detalles sobre ningún incidente ni pruebas en concreto.
Otro abogado de Pekín, Zhang Kai, envió un mensaje de texto a primeras horas del 11 de julio, que decía "Ha venido la policía", y desde entonces no se ha vuelto a saber de él.
La primera alarma saltó el jueves cuando Wang Yu, abogada de Pekín, desapareció a primeras horas tras enviar a sus amistades un mensaje de texto diciéndoles que se había quedado sin conexión a Internet y sin electricidad en su domicilio. Posteriormente mandó otro mensaje diciendo que estaban intentando entrar a la casa.
Amnistía Internacional pide a las autoridades que desvelen el paradero y la situación jurídica de todas las personas detenidas y garanticen su acceso sin restricciones a sus familiares y abogados, además de garantizar que no corren peligro de sufrir tortura y otros malos tratos.