La sentencia dictada hoy contra Sheikh Ali Salman, por la que ha sido condenado a cuatro años de prisión por incitar a la desobediencia y el odio, demuestra el sistemático desprecio de las autoridades de Bahréin por el derecho a la libertad de expresión, ha afirmado Amnistía Internacional.
“La sentencia dictada hoy es escandalosa. Es un claro ejemplo más del flagrante desprecio de Bahréin por sus obligaciones internacionales. Sheikh Ali Salman ha sido condenado únicamente por expresar de forma pacífica su opinión”, ha afirmado Said Boumedouha, director adjunto del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Siendo un país que ha expresado indignación por las críticas hacia su historial de derechos humanos, Bahréin no ha vacilado en reprimir la oposición política y amordazar las voces críticas en cada ocasión. Las autoridades deben poner en libertad a Sheikh Ali Salman de forma inmediata y sin condiciones, y garantizar la anulación de su condena.”
Sheikh Ali Salman, secretario general del principal partido político de oposición, Sociedad Nacional Islámica Al Wefaq, fue detenido el 28 de diciembre de 2014, dos días después de pronunciar un discurso en el que reclamó profundas reformas políticas y rendición de cuentas tras su reelección como líder del partido.
Fue juzgado por cargos de “incitación para promover el cambio del sistema político por la fuerza, amenazas y otros medios ilegales”; “incitación pública al odio y al desacato de una secta de personas con la consiguiente alteración del orden público”; “incitar públicamente a otros a desobedecer la ley” e “insultar públicamente al ministro del Interior”. Amnistía Internacional considera que Sheikh Ali Salman es un preso de conciencia recluido únicamente por expresar pacíficamente sus opiniones. Su reclusión y enjuiciamiento violan la obligación de Bahréin de respetar el derecho a la libertad de expresión en virtud del artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el que es Estado parte.