Una nueva flagelación del bloguero saudí Raif Badawi podría causarle daños debilitantes físicos y mentales a largo plazo, advierte una experta médica de la organización benéfica Freedom from Torture en un informe encargado por Amnistía Internacional.
Las autoridades saudíes suscitaron la indignación internacional este mes al someter a Raif Badawi a 50 latigazos por crear y gestionar un foro en Internet para el debate público e “insultar al islam”. Los expertos médicos dicen ahora que el sufrimiento al que ha sido sometido podría aumentar si se ejecuta la totalidad de su condena a 1.000 latigazos.
“Azotar a Raif Badawi fue un acto incalificablemente cruel y espantoso por parte de las autoridades saudíes. Esta práctica viola la prohibición de la tortura y de otros malos tratos contenida en el derecho internacional y no debe realizarse en ninguna circunstancia; su aplicación repetida probablemente intensificará el suplicio y el sufrimiento, tanto mental como físico, causado a la víctima”, declaró Philip Luther, director del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
Raif Badawi podría ser sometido a otra ronda de azotes este viernes.
La doctora Juliet Cohen, jefa del equipo médico de Freedom from Torture, dijo que el impacto de una segunda tanda de latigazos sería probablemente aún peor que el de la primera.
“Cuantos más golpes se infligen unos sobre otros, más probabilidades hay de causar heridas abiertas. Esto es importante porque suelen ser más dolorosas y podrían infectarse, lo que causaría aún más dolor durante un periodo prolongado, pues la infección retrasa la curación de las heridas”, dijo.
La doctora Cohen explicó también que la camisa que llevaba Raif Badawi cuando lo flagelaron por primera vez no le habría protegido mucho de la fuerza de los golpes.
“Con cada golpe del bastón, la sangre sale de los tejidos situados debajo… Los daños en los vasos sanguíneos pequeños y en cada célula hacen que la sangre y el líquido de los tejidos se filtre en la piel y en el tejido subyacente, lo que aumenta la tensión en estas zonas”, prosiguió.
Si estas zonas sufren nuevos impactos de golpes del bastón, la piel se puede romper, sobre todo en las partes óseas del cuerpo, con lo que aparece una herida abierta, explicó.
Además de los terribles efectos físicos de la flagelación, las víctimas soportan también el tormento mental consecuencia del castigo. “Psicológicamente, la flagelación puede causar sentimientos de miedo, ansiedad, humillación y vergüenza. Es probable que la anticipación de la siguiente sesión de flagelación programada intensifique las emociones, especialmente el miedo, la ansiedad y las dificultades para dormir… el dolor y el miedo juntos durante un periodo prolongado tienen un efecto profundamente debilitante y la recuperación de estas experiencias podría llevar un tiempo considerable”, dijo la doctora Cohen.
Las dos últimas flagelaciones programadas de Raif Badawi —en los dos viernes posteriores a su primera flagelación el 9 de enero— se han aplazado por razones médicas, después de que los facultativos lo declarasen no apto para ser flagelado.
En el caso de Raif Badawi, la participación de médicos ha llevado a la suspensión —al menos temporal— de su castigo. Pero la participación de profesionales de la medicina en el proceso es en sí motivo de preocupación, pues podrían verse obligados a sancionar estas penas, lo que sería contrario al principio más fundamental de la labor de los médicos, que es no infligir daño intencionadamente.
La doctora Juliet Cohen recomendó que se apoyase a Raif Badawi para que supiera “que no está solo en su sufrimiento, sino que se habla de ello en todo el mundo”, así como que las asociaciones médicas, incluida la Asociación Médica Mundial, apoyasen a los médicos a los que se ordena que lo examinen, instándolos a que “consideren la salud de su paciente por encima de todo”.
En las últimas semanas Amnistía Internacional ha convocado concentraciones de apoyo a Raif Badawi en todo el mundo, pidiendo a las autoridades saudíes que lo pongan en libertad inmediata e incondicionalmente y que anulen su condena.
“Raif Badawi es un preso de conciencia, cuyo único ‘delito’ ha sido crear un sitio web para el debate público, y las autoridades saudíes deben poner fin a su despiadada campaña contra él”, concluyó Philip Luther.
“La flagelación está prohibida por el derecho internacional y ejecutar regularmente un castigo tan cruel e inhumano avergüenza al país.”