La irresponsabilidad empresarial de TripAdvisor

Por Laith Abu Zeyad, responsable de campañas de Amnistía Internacional sobre Israel y Palestina

El 20 de junio, Día Mundial del Refugiado, el director ejecutivo de TripAdvisor Stephen Kaufer publicó un artículo de opinión en el que instaba a las empresas a ayudar para abordar la crisis mundial de refugiados y se comprometía a donar millones de dólares a organizaciones humanitarias “para apoyar y ayudar a las personas refugiadas a rehacer su vida y recuperar su futuro”.

Esta sería, por supuesto, una iniciativa encomiable, de no ser porque es contraria al espíritu de otras prácticas de la empresa. Aunque TripAdvisor ha decidido ayudar a las personas refugiadas en ciertos lugares del mundo, en otros —en concreto los Territorios Palestinos Ocupados— está contribuyendo al sufrimiento de la población local, que es fuente de una de las mayores comunidades mundiales de personas refugiadas.

Durante las siete últimas décadas, las implacables políticas israelíes de confiscación de tierras, asentamiento ilegal y desposesión, sumadas a la discriminación generalizada, han infligido una miseria inmensa a la población palestina y la han despojado de sus derechos fundamentales. TripAdvisor también ha contribuido a este abuso continuo.

En enero de 2019, Amnistía Internacional publicó un informe titulado Destino: Ocupación en el que revelaba cómo las principales empresas turísticas digitales del mundo —Airbnb, Booking.com, Expedia y TripAdvisor— contribuyen al mantenimiento, el desarrollo y la expansión de los asentamientos israelíes ilegales y se benefician de ellos. Estas actividades constituyen crímenes de guerra en virtud del derecho internacional.

TripAdvisor es el segundo sitio web más visitado (después de Google) por los turistas extranjeros que viajan a Israel, más de un cuarto de los cuales (más de 800.000) afirma haber accedido al sitio web antes de viajar para informarse sobre atracciones, visitas guiadas, restaurantes, cafés, hoteles o apartamentos turísticos.

En nuestra ciberacción, pedimos a Stephen Kaufer que dejase de anunciar y promocionar propiedades, actividades y atracciones ubicadas en asentamientos israelíes ilegales en los Territorios Palestinos Ocupados. TripAdvisor respondió alegando que “anunciar una propiedad o negocio en TripAdvisor no representa[ba] [su] aprobación de ese establecimiento”. Sin embargo, la empresa saca beneficio de los anuncios, incluidos los relativos a propiedades o negocios ubicados en asentamientos israelíes ilegales.

TripAdvisor y otras empresas intentan defender su postura alegando que la cuestión de los asentamientos israelíes ilegales es demasiado política y que no pueden posicionarse al respecto. Entendemos que las empresas no tienen el mandato de resolver cuestiones de orden político, pero sí tienen la responsabilidad de garantizar que no perjudican ni contribuyen a la comisión de abusos contra los derechos humanos.

Quizá para el lector sea difícil hacerse una idea del impacto del turismo y otras operaciones comerciales en los derechos humanos en Palestina, pero es muy real para la gente que vive bajo ocupación israelí. Por ejemplo, descubrimos que TripAdvisor ha anunciado de forma destacada la Ciudad de David, una popular atracción turística situada en Silwan, un barrio palestino de la Jerusalén Oriental ocupada, y actuado como agente de reservas del lugar. El sitio lo gestiona una organización llamada Fundación Elad, con el apoyo del gobierno israelí, que ayuda a colonos israelíes a trasladarse a la zona.

Silwan alberga a unas 33.000 personas palestinas. En la actualidad, centenares de colonos viven allí y en recintos del asentamiento fuertemente protegidos. Israel traslada al barrio a ciudadanos y ciudadanas suyos desde la década de 1980. Esto ha sido causa de numerosas violaciones de derechos humanos, como el desalojo forzoso y el desplazamiento de residentes palestinos.

En los últimos 10 años, al menos 233 personas palestinas han sido desplazadas de Silwan. Recientemente, el 10 de julio, la policía y las fuerzas de seguridad israelíes desalojaron a una familia palestina de cinco miembros, cuatro de ellos menores, de su casa en el barrio.

Al animar activamente a las personas usuarias a que visiten la Ciudad de David y contraten visitas guiadas del sitio, TripAdvisor impulsa el negocio de Elad y se beneficia de cada reserva que se hace a través de su web.

Si TripAdvisor hubiese realizado una evaluación de riesgos básica de su actividad empresarial en asentamientos israelíes o con ellos, habría concluido que esos anuncios están contribuyendo a sostener una situación ilegal que es intrínsecamente discriminatoria y constituye un abuso contra los derechos humanos de la población palestina. Es asombroso que una empresa de varios miles de millones de dólares (que afirma ser el sitio web de viajes más visitado del mundo, con más de 450 millones de visitantes únicos mensuales) no haya ejercicio la diligencia debida en relación con sus operaciones en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, o habiéndolo hecho haya decidido continuar sus actividades pese a ello.

Otras empresas de turismo digitales también han transmitido mensajes contradictorios sobre los derechos humanos. En abril de 2019, Airbnb anunció que anularía su decisión previa de retirar los anuncios en asentamientos israelíes ilegales en la Cisjordania ocupada tras una demanda colectiva interpuesta por abogados israelíes. La empresa afirmó que donaría los beneficios de esos anuncios a “organizaciones sin ánimo de lucro de ayuda humanitaria que sirven a personas de distintos lugares del mundo”.

Ni Airbnb ni TripAdvisor pueden continuar ignorando sus negocios con asentamientos israelíes ilegales que vulneran los principios elementales del derecho internacional de los derechos humanos mientras tratan de mostrar preocupación por las personas necesitadas mediante programas de responsabilidad empresarial.

No habrá donativo que borre el mal que están haciendo en los Territorios Palestinos Ocupados, así como tampoco habrá beneficio económico a corto plazo que justifique contribuir a la comisión de crímenes de guerra.