Amnistía Internacional desinvertirá en las empresas del sector de los combustibles fósiles por reconocer que la inversión en un sector cuyos productos son los principales causantes del cambio climático es contraria a la misión de la organización de proteger y defender los derechos humanos.
La decisión se tomó en el máximo foro decisorio de Amnistía, la Asamblea Global, integrada por delegados y delegadas de todo el mundo. La Asamblea también votó adoptar más medidas para reducir el impacto climático de la organización, lo que incluye el objetivo de lograr ser neutral en emisiones de carbono de aquí a 2035, reducir los viajes en avión en un tercio y celebrar más reuniones internacionales virtuales, en lugar de presenciales.
“Las empresas del sector de los combustibles fósiles saben que su modelo empresarial está provocando sufrimiento humano debido a su contribución letal al cambio climático. Siendo la mayor organización de derechos humanos del mundo, queremos enviar un mensaje claro de que la continuidad de la inversión en empresas de carbón, petróleo y gas natural es contraria a los derechos humanos, dada la relación directa entre las actividades de estas empresas y el desastre climático”, afirmó Mwikali Muthiani, presidenta de la Junta Directiva Internacional de Amnistía Internacional.
“El cambio climático tiene implicaciones graves para los derechos humanos, pues amenaza nuestros derechos a la salud, el agua, la alimentación, una vivienda y a la vida, entre otros derechos civiles y políticos. Estos riesgos son aún más graves para las comunidades que viven en la pobreza o cuyos derechos ya corren peligro o están insuficientemente protegidos por sus gobiernos.
“Debemos recordar quiénes son los causantes y responsables de la crisis que sufre la humanidad. La razón principal de este desastre es que los gobiernos y las empresas se niegan a tomar las medidas necesarias para prescindir de los combustibles fósiles peligrosos e invertir en el desarrollo de tecnologías nuevas.”
El uso de combustibles fósiles es la causa principal del cambio climático, pues agrava los desastres naturales y la degradación ambiental, lo que a su vez causa una pérdida masiva de vidas, destrucción de comunidades y economías.
Todas las empresas tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos y de tomar medidas proactivas para asegurarse de que no provocan abusos contra los derechos humanos ni contribuyen a ellos. Sin embargo, hasta ahora las empresas del sector de los combustibles fósiles no han adoptado las medidas adecuadas para pasar a la energía renovable compatible con los derechos humanos, pese a su considerable capacidad para hacerlo.
“Demasiadas instituciones financieras tratan a estas empresas como una inversión convencional aceptable. Ha llegado el momento de que cuestionemos si no debería ser considerada más bien una apuesta letal que pone en peligro el futuro de todos”, afirmó Mwikali Muthiani.
Se trata al mismo tiempo de una votación en contra de la inversión en las empresas del sector de los combustibles fósiles y a favor de pasar a la energía renovable y a tecnologías compatibles con los derechos humanos.
Esta decisión significa que todas las entidades de Amnistía Internacional, incluidos al Secretariado Internacional y las oficinas de país, deben garantizar que no invertirán en empresas del sector de los combustibles fósiles ninguno de los activos bajo su control exclusivo y directo, y que desinvertirán todos los activos existentes de las empresas del sector de los combustibles fósiles. Se constituirá un grupo de trabajo que preparará una orientación sobre cómo aplicar la decisión.
Con su decisión de desinvertir en las empresas del sector de los combustibles fósiles, Amnistía Internacional se suma a las aseguradoras, grupos religiosos, fondos soberanos de inversión y universidades principales. Desde el inicio del movimiento de desinversión en 2011 impulsado por estudiantes, más de 1.110 inversores con unos activos de 9,94 billones de dólares estadounidenses se han comprometido a desinvertir.
Nos proponemos llevar este trabajo más lejos, y esta decisión pone de manifiesto nuestra intención, en el marco de nuestra estrategia sobre el cambio climático y la degradación del medio ambiente, de vigilar estrechamente el impacto de las empresas del sector de los combustibles fósiles en los derechos humanos.
“Se trata al mismo tiempo de una votación en contra de la inversión en las empresas del sector de los combustibles fósiles y a favor de pasar a la energía renovable y a tecnologías compatibles con los derechos humanos. El movimiento de desinversión ha sido un motor poderoso en mostrar al mundo que todos nosotros podemos elegir invertir en las soluciones a la crisis climática”, afirmó Mwikali Muthiani.
La decisión también pone de manifiesto la intención de la organización de dirigirse a las empresas —como parte de su trabajo global sobre rendición de cuentas de las empresas— a fin de promover el paso de los combustibles fósiles a la energía renovable y compatible con los derechos humanos.
“Amnistía Internacional tiene competencia y experiencia reconocidas en la denuncia de abusos graves contra los derechos humanos cometidos por empresas y en el trabajo de campaña en este ámbito. Nos proponemos llevar este trabajo más lejos, y esta decisión pone de manifiesto nuestra intención, en el marco de nuestra estrategia sobre el cambio climático y la degradación del medio ambiente, de vigilar estrechamente el impacto de las empresas del sector de los combustibles fósiles en los derechos humanos”, afirmó Mwikali Muthiani.
Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional, estará disponible para entrevistas en la Cumbre Mundial sobre Desinversión-Inversión y Clima, que se celebrará en Ciudad del Cabo los días 10 y 11 de septiembre de 2019.
Información complementaria
- Las empresas del sector de los combustibles fósiles han figurado históricamente entre las más responsables del cambio climático, situación que se mantiene en la actualidad. La investigación demuestra que tan sólo 100 empresas productoras de combustibles fósiles son responsables del 71% de las emisiones de gases de efecto invernadero desde 1988.
- Hay cada vez más pruebas de que las principales empresas del sector de los combustibles fósiles conocen desde hace décadas los efectos nocivos de quemar estos combustibles y han intentado ocultar esa información e impedir cualquier iniciativa de abordar el cambio climático. Debe reducirse el poder de las empresas del sector de los combustibles fósiles a fin de que los gobiernos puedan hacer una rápida transición a una economía sin emisiones de carbono.
- Este año, la Comisión de Derechos Humanos de Filipinas publicará su investigación sobre la responsabilidad de importantes empresas del sector de los combustibles fósiles en abusos contra los derechos humanos como consecuencia de su contribución al cambio climático. Se trata de la primera investigación del mundo de este tipo: Amnistía apoyó a Greenpeace en la elaboración de los argumentos de derechos humanos de la petición, y nuestro secretario general testificó en las vistas. Aunque las conclusiones y recomendaciones no serán vinculantes, si son positivas podrían dar lugar a regulaciones más estrictas, intensificar la presión pública sobre las empresas para que prescindan de los combustibles fósiles y servir de base para entablar demandas en todo el mundo.
- Desde principios de la década de 2010, el movimiento por la desinversión ha ido creciendo exponencialmente. Comenzó con campañas dirigidas por estudiantes en universidades de Estados Unidos para retirar las dotaciones universitarias procedentes del carbón y desde entonces ha crecido hasta convertirse en un conocido movimiento social y en una importante vertiente del movimiento por la justicia climática. El movimiento por la desinversión/inversión se dirige también a instituciones públicas y privadas, incluidos bancos y aseguradoras, para que dejen de invertir en el sector de los combustibles fósiles y aumenten la inversión en energía limpia.