El aumento del activismo global es fundamental para presionar a las autoridades brasileñas para que resuelvan el homicidio de la defensora de los derechos humanos y concejala Marielle Franco y su conductor, Anderson Gomes, ha afirmado Amnistía Internacional hoy, dos meses después de que fueran abatidos por disparos en Río de Janeiro.
“Sin solidaridad internacional, tememos que el trágico homicidio de Marielle no se resolverá. Dos meses después, debemos continuar con la movilización para que las autoridades brasileñas vean que, aquí y en todo el mundo, la gente no descansará hasta que se haga justicia”, ha afirmado Jurema Werneck, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Brasil.
“Cada día que pasa sin avances arroja nuevas dudas sobre la eficacia de la investigación. No podemos dejar que este caso quede sin resolver. ¿Quién mató a Marielle y Anderson y quién ordenó el homicidio? Estas preguntas no deben quedar sin respuesta”.
“Valoramos positivamente la seriedad con que se ha llevado a cabo la investigación, y esperamos que continúe así hasta que obtengamos una respuesta concreta, no sólo para la familia sino también para el mundo entero. Debemos seguir luchando”, ha agregado la madre de Marielle, Marinete da Silva.
Marielle era una destacada defensora de los derechos humanos, conocida por su trabajo de campaña por los derechos de las personas LGBTI y de las mujeres negras, así como por denunciar los abusos policiales y las ejecuciones extrajudiciales en la favelas de Río de Janeiro. Fue elegida para el consejo municipal en 2016 y, unos días antes de su homicidio, fue nombrada relatora de una comisión que ha de supervisar la intervención federal en la seguridad pública de Río de Janeiro.
Marielle y Anderson fueron abatidos cuando regresaban a casa de un debate público el 14 de marzo. Se hicieron al menos 13 disparos, y cuatro balas alcanzaron a Marielle en la cabeza. Informaciones recientes de la prensa brasileña afirmaron que cinco cámaras de seguridad que habrían podido captar el incidente se desconectaron la víspera del homicidio.
“Mientras nos queden fuerzas, exigiremos justicia, y lo haremos ocupando calles y espacios públicos. Mi hermana era una resistente, y nosotros lo seremos hasta el final”, ha afirmado la hermana de Marielle, Anielle Francisco da Silva.
“No tenía miedo. Nunca se escondía. Estaba en primera línea, dando siempre la cara abiertamente. Era muy valiente y audaz. Quien la mató era todo lo contrario”, ha agregado el padre de Marielle, Antonio Francisco da Silva Neto.
El homicidio de Marielle provocó manifestaciones masivas en Brasil y en todo el mundo. Más de 12.000 personas han firmado una petición de Amnistía Internacional en la que se solicita una investigación independiente e imparcial.
“Quienes matan a defensores y defensoras de los derechos humanos quieren silenciarnos. La impunidad alimenta este terrible ciclo de violencia y pone en peligro a otros activistas y líderes comunitarios. Pedimos a las autoridades que garanticen la exhaustividad y eficacia de la investigación, y exhortamos a todas las personas a que firmen nuestra petición para solicitar justicia en iguales condiciones. Nos lo debemos a nosotros y se lo debemos a Marielle”, ha afirmado Jurema Werneck.