REGRESA A CASA EL DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS MEXICANO

El defensor de los derechos humanos mexicano único testigo del asesinato de la líder indígena Berta Cáceres, ha regresado a México. Anteriormente, las autoridades hondureñas le habían ordenado que permaneciera en Honduras hasta el 6 de abril.
Gustavo Castro Soto llegó a Ciudad de México el 1 de abril. El día antes, una jueza del departamento de Intibucá, Honduras, había levantado la alerta migratoria en vigor desde el 7 de marzo, que ordenaba que Gustavo Castro permaneciera en el país durante 30 días más para prestar testimonio en el caso del asesinato de Berta Cáceres. En un comunicado de prensa, el Ministerio Público hondureño dijo que podía solicitarse de nuevo la presencia de Gustavo Castro si surgían nuevos elementos en la investigación.
Berta Cáceres, líder y cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), fue muerta a tiros el 3 de marzo en su casa de La Esperanza, en el departamento de Intibucá. Gustavo Castro, que se encontraba también en el domicilio, resultó herido de bala; ante el temor por su seguridad, se refugió en la embajada de México en la capital, Tegucigalpa y proporcionó repetidamente su versión del asesinato a las autoridades locales. Temía por su vida si continuaba en Honduras.
Berta Cáceres llevaba años recibiendo amenazas en relación con su labor de defensa del medio ambiente y de los derechos de las comunidades indígenas. Recientemente, ella y COPINH habían denunciado amenazas y acoso en relación con su protesta contra la construcción de la represa de Agua Zarca en la comunidad de Río Blanco.