El escandaloso plan de las autoridades israelíes de expropiar casi 400 hectáreas de tierra en Cisjordania es ilegal y debe revocarse de inmediato, ha afirmado Amnistía Internacional.
“La estrategia israelí de confiscar ilegalmente tierras para construir asentamientos en Cisjordania debe terminar de una vez por todas. No sólo es ilegal en virtud del derecho internacional sino que está conduciendo a una amplia variedad de violaciones de los derechos humanos de la población palestina a escala masiva”, ha afirmado Philip Luther, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Los informes según los cuales el gabinete israelí ha justificado esta apropiación de tierras como reacción al deplorable asesinato en junio de tres adolescentes israelíes hace pensar que se trata de un acto de castigo colectivo y que Israel se aleja cada vez más de sus obligaciones en virtud del derecho internacional.”
Los planes, anunciados ayer domingo por la Administración Civil israelí, dependiente de las fuerzas armadas, afectarían directamente al menos a cinco poblaciones palestinas en la zona de Belén.
Esta apropiación de tierras parece ser la mayor en los Territorios Palestinos Ocupados desde la década de 1980.
La apropiación de tierras se basa en la interpretación israelí de una ley que se remonta a la época otomana, que declara “tierra estatal” a la zona que no haya sido cultivada o labrada durante varios años consecutivos.
Aproximadamente el 40 por ciento de Cisjordania ha sido clasificado ya como tierra “estatal” por Israel.